Un futuro en el que confiar

La universidad es una institución compleja, con sensibilidades diversas que deben ser escuchadas y atendidas. Su gobernanza requiere conocer de forma profunda y actualizada su estructura, pluralidad, fortalezas y debilidades; también su valor para el desarrollo social de Cantabria e, igualmente, asumir las oportunidades que se nos presentan y los retos presentes y futuros.

Mi decisión para presentar una candidatura surge de la firme determinación de liderar un proyecto de futuro que permita avanzar acelerando el paso y acompasándolo a los cambios que vivimos. Este compromiso surge del conocimiento de lo que funciona y de cuánto podría mejorarse. Está basado en el diálogo y la reflexión crítica.

Asumir la gobernanza implica lealtad con la sociedad a la que servimos, ambicionar una docencia, investigación y transferencia de la máxima calidad y reivindicar responsablemente lo imprescindible, con responsabilidad, reconociendo el esfuerzo social que suponen los recursos que nos financian.

Somos conscientes de que un proyecto de futuro no puede definirse como un bucle melancólico, una enmienda a lo realizado para volver al pasado. La nostalgia por otros momentos de nuestra historia puede confundirnos si no entendemos que las condiciones socio-económicas y la sociedad son extremadamente dinámicas. Eso sí, sin renunciar a nada. Aprendemos de todas las experiencias vividas para proyectar un futuro mejor.

En los últimos años se ha trabajado con esfuerzo, dedicación, intensidad y honestidad. Se superó una pandemia demostrando el compromiso y la generosidad colectiva. Nos golpeó ásperamente una crisis energética. Eso limitó nuestra capacidad para renovar infraestructuras e instalaciones. Este problema aún persiste, alimentado por un complicado contexto internacional. Los resultados de la labor universitaria, no obstante, han seguido mejorando acompasadamente con el esfuerzo y compromiso de quienes conformamos la UC. Así lo atestigua la posición de la UC en todos los estudios y rankings.

Nos enfrentamos ahora a la decisión sobre el modelo de gestión que nos ayudará a seguir progresando. Volver al pasado o mirar al futuro. Quienes apoyamos esta propuesta ofrecemos un gobierno fiable, y confiamos en nuestra capacidad para poner la proa de la universidad hacia un futuro mejor para cuantos conformamos la UC y la sociedad que la integra.

Estamos convencidos de que la formación integral de calidad es una ineludible inversión en ciudadanía y utilidad pública. El escenario que marca la agenda europea y las microcredenciales ofrecen herramientas eficaces para mejorar las competencias profesionales, con énfasis en las digitales. Seguiremos apostando por EUNICE y las alianzas globales como vía para la internacionalización, utilizando modelos de éxito como el Programa Cornell.

Debemos disponer de una plantilla bien dimensionada, que nos siga posicionando en una investigación del más alto nivel que retornará hacia la sociedad en forma de progreso.

Tenemos el compromiso de reforzar los lazos con instituciones y empresas para mejorar nuestra transferencia, aportando riqueza, y para facilitar la empleabilidad de las personas egresadas.

Estamos en disposición de avanzar en la simplificación y digitalización administrativa, para garantizar que nuestro profesorado se concentre en la innovación docente y la investigación, que es lo que nos hace realmente únicos. En definitiva, apostamos por una universidad pública competitiva, accesible y de calidad.

Más UC es, sin duda, más futuro. Sigamos consolidando a nuestra universidad como la institución innovadora, dinámica e inclusiva que nos demanda la sociedad de Cantabria.