Borrar
Un café

El barco, el tren, nosotros

Marta San Miguel

Santander

Jueves, 4 de abril 2024, 07:12

Entre el abandono más absoluto y el elogio a nuestra actividad industrial, y entre ambos extremos, la grandilocuente bahía no alcanza a ser el emblema estético que más llama la atención en esa zona donde los camiones, los talleres y los viveros son el escenario ... de una actividad económica que sube y baja como la marea. Un largo tren abandonado circunda el nuevo nudo del acceso por la S-10 como la piel mudada de una serpiente, pero no está la serpiente. Y esa bahía que luce el pantalán de Calatrava como diadema deja a la vista frente a las naves de Raos un gran barco de pesca hundido, tan viejo y oxidado que dan ganas de llamarlo pecio, pero solo es un viejo barco clavado en el fango entre pequeños botes amarrados a boyas que hace tiempo perdieron su llamativo color. Es un fantasma cascado, como las fotos del Titanic en miniatura solo que a simple vista cuando la marea está baja.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes El barco, el tren, nosotros