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Muñecos

La educación de una sociedad también se mide en todo aquello que no tiene que prohibir

Marta San Miguel

Santander

Lunes, 19 de febrero 2024, 07:11

En el paso de cebra, cuando el semáforo se pone en rojo, los coches se detienen y por delante de ellos lo hacen las motos. El muñeco aún no se ha puesto en verde para los peatones y sobre el zumbido de los motores empiezas ... a escuchar el gargajo que se despega de una garganta. No sabes cuál de todas las gargantas de los motoristas es, pero la espeleología orgánica hace su trabajo y después de profundizar con sonidos que superan el ruido del ralentí, alguien abre la boca y escupe: es ahí, en ese gesto tan característico, necesario para que la baba no se te quede pegada a la cara, cuando descubres quién es el tipo que ha escupido con esa impunidad con la que jamás lo haría en el portal de su casa o en su piso o en el ascensor de su trabajo.

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