Secciones
Servicios
Destacamos
Al principio pasó desapercibido, simplemente era la foto de perfil de Revilla ante un atril y un techo coloreado con bombillas amarillas. De fondo, el blanco de los manteles, el blanco de la luz blanca de los restaurantes que usan focos que iluminan por igual, ... sin distinciones indirectas o acogedoras. Era domingo; el día que te asomas a la actualidad con otra actitud, quizá más lenta, de puro reposo, pero aun así, cuando vi la imagen de la comida navideña del PRC, pensé: esto ya lo he visto. No a Revilla hablando en un escenario ante los fieles de su partido que esperan a que llegue su sucesor como el que espera la llegada el próximo martes de Papa Noel o del Esteru, sino el contexto, el fondo blanco, el techo amarillo, y en la cara de las mesas, la devoción por las palabras o el disimulo del atragantamiento.
Un día antes, el Partido Popular de Cantabria celebró su tradicional comida de Navidad. Ante el atril, Buruaga, en calidad de presidenta del partido y además presidenta de Cantabria, ejercía de anfitriona después de haberlo sido en el Palacio de La Magdalena con los mandatarios del país. De fondo, ahí estaba: el blanco de los manteles, el blanco de la luz blanca, los invitados escuchando o disimulando, de cara o girados hacia el estrado del Hotel Milagros Golf de Mogro, el mismo lugar donde 24 horas después estaría Revilla haciendo exactamente lo mismo, en el mismo atril, ante las mismas mesas. Resultaba idéntico, salvo por un matiz.
Mientras Revilla anunciaba su retirada de la primera línea advirtiendo entre lágrimas que «el año que viene tendrá que hablar el nuevo candidato del PRC a las elecciones», Buruaga hacía balance de lo que ha sido su gobierno y de quién lleva el timón de los pactos que ha cerrado, precisamente, con los regionalistas. ¿Quién de los dos miraba en realidad al futuro? El escenario es el mismo, ¿pero se puede gobernar haciendo siempre lo de siempre? Cualquiera de nosotros lo hace, lo de repetir, bendita rutina que te protege del frío de lo inesperado, ¿acaso no estamos pensando en el menú de Nochebuena, en la cena o la comida navideña de la empresa o la que haremos con amigos? Sin embargo, me pregunto hacia dónde miraremos cuando brindemos, hacia dónde hay que dirigir la luz para que no sea un escenario que se repita, una y otra vez, sin distinciones, lo que habrá de pasarnos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.