A las mascarillas otra vez. Y rápido

A finales de abril, Fernando Simón, director del Centro de Control de Emergencias y Alertas Sanitarias (CCAES), aseguró sobre la variante india Delta que, de momento, no suscita «preocupación» sino interés por su carácter novedoso, y señalaba que aún no se había notificado ningún caso en España. Todavía, el lunes 5 de julio el Ministerio de Sanidad anunció que la cepa india Delta sigue sin superar el 10% de los casos secuenciados y que no hay que encender las alarmas. Y dos días después, nuestro experto Fernando Simón nos ha pedido «mucha prudencia» al valorar los estudios sobre la variante Delta realizados en Reino Unido, ya que ha dicho que «hay que dar a los datos la incertidumbre que tienen» (¿será posible?).

Pues ya ven cómo nos cuentan las cosas. Identificada por primera vez en la India, la Delta es una de las «variantes preocupantes» designadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). La variante Delta, una cepa de coronavirus más transmisible y posiblemente más peligrosa, ahora representa más de la mitad de todas las nuevas infecciones por covid-19 en los EE UU. Se ha convertido en los últimos meses en una de las principales preocupaciones ligadas a la pandemia a causa de su rápida implantación en diferentes territorios de todo el planeta, pues los casos se duplican cada dos semanas. Se ha extendido velozmente por India y Reino Unido. Es prevalente en Francia, Portugal y Alemania, y en Madrid, está en el 44,3% de los casos detectados, aumentando aceleradamente en Cataluña (60%), Navarra (80%), Andalucía, Castilla León y otras comunidades. En Cantabria, según datos indirectos por confirmar, supera un 35%. A finales de agosto, es tanta su velocidad de contagio, que llegaremos al 90%. Esta variante Delta del covid-19 y un aumento en las infecciones entre personas más jóvenes y no vacunadas han catapultado la tasa de coronavirus en España a la más alta de Europa continental.

La variante representa una «amenaza significativa» para las personas no vacunadas y para las vacunadas con comorbilidades y/o mayores cuya respuesta inmunológica es inferior. El virus no se transmite por superficies situadas en el exterior y lo hace a través del aire expirado, así que es momento de volver a las mascarillas que reducen un 90% los contagios si las llevamos todos. El Ministerio de Sanidad español ha decidido hacerse un 'don Tancredo' a pesar de que hasta siete CC AA han solicitado medidas restrictivas a escala nacional para frenar el avance de la variante Delta, ya que no tienen herramientas para poder frenar los contagios. En Cantabria, la tasa de positividad de las pruebas PCR se ha doblado en varias semanas y ya llega al 10,5% y los ingresos hospitalarios se han duplicado en un ascenso vertiginoso. Los informes que tenemos acerca de las vacunas respecto a la variante Delta también son algo inquietantes, pues las vacunas son altamente efectivas pero no perfectas. De hecho, la protección de infección no llega al 40% con una dosis y con dos dosis llega al 60% con AstraZeneca, y 88% con Pfizer, aunque previenen hospitalizaciones en un 95%. Y lo preocupante es que al 40% de la población del grupo 60-69 años le falta la segunda dosis y y el 25% de aquellos de entre 40 y 49 años aún no han recibido la primera dosis.

Por eso, en zonas con alta densidad del virus, como es Cantabria, no se confíen, tenemos aún que inmunizarnos muchos más y preservar la economía este verano. No lo duden, no hagan caso al 'Summum Vacunator'. Ayer ha dicho su ministerio que el Gobierno no se precipitó al relajar las medidas sobre el uso de la mascarilla en exteriores, «es una medida prudente». Así que corran de nuevo a ponerse la mascarilla cuando estén en contacto con muchas personas, especialmente los jóvenes que ya están entrando en las Unidades de Cuidados Intensivos. No confíen, aunque creo yo que a estas alturas ya se habrán dado cuenta de la credibilidad que tiene el pregonero.