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Las preguntas que responda hoy Margarita Robles en la Comisión de Defensa del Congreso, la reunión mañana de la Comisión de Gastos Reservados con la ... presencia de la directora del CNI, Paz Esteban, y la comparecencia ante el pleno de Pedro Sánchez -forzada por sus socios y por la oposición- en una fecha aún por determinar jalonarán el debate parlamentario en torno a los casos de espionaje a través del software Pegasus. La negativa del PSOE a abrir una investigación en la Cámara baja, que ha evitado gracias al apoyo del PP, Vox y Ciudadanos frente a la postura de todos sus aliados, acotará en principio los formatos y los tiempos de una diatriba que ya desborda los cauces de las Cortes Generales.
A las reclamaciones para aclarar la interceptación de comunicaciones a significados dirigentes independentistas no se le suma tanto la inquietud por el origen de los 'pinchazos' al presidente y a la ministra de Defensa como las críticas porque el Gobierno no evitó ni detectó a tiempo la extracción de información que ambos almacenaban en sus teléfonos móviles institucionales. Por ello, tampoco sería extraño que a la exigencia de dimisiones por las instrusiones reveladas por 'The New Yorker' se le añadiera la de otras responsabilidades por la situación de vulnerabilidad en la que quedó el Ejecutivo hace un año. La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, y el de la Presidencia, Félix Bolaños, no se atrevieron ayer a descartar relevos y dejaron en el aire la continuidad de la directora del CNI.
La parte socialista del Gobierno, cuyas relaciones con sus socios registran un creciente deterioro, debe mantener cautelas de Estado sin dejarse arrastrar por cada polémica diaria. La coincidencia temporal entre las infecciones con Pegasus y los momentos álgidos de la crisis diplomática con Marruecos continuará señalando al reino alauí como autor verosímil de las escuchas denunciadas ante la Audiencia Nacional. Un extremo que estará presente en las comparecencias de Sánchez, Robles y Esteban. El hecho de que Quim Torra haya tomado la delantera al demandar ante el Supremo al presidente atestigua que el pulso entre las distintas familias del independentismo catalán contribuirá a elevar la tensión judicial y la parlamentaria, aunque al decaer la comisión de investigación se queden sin un marco que prolongue la confrontación partidaria durante meses. Mientras tanto, la estabilidad del Ejecutivo sigue en el aire.
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