Secciones
Servicios
Destacamos
A finales del mes de febrero, unas semanas antes del inicio de la pandemia que ha trastocado tantas cosas en nuestra vida cotidiana, tuve la oportunidad de acompañar al sector rural de Cantabria en la multitudinaria manifestación que recorrió las calles de Santander para recordarnos ... su papel clave en la producción de alimentos para la sociedad, y en el mantenimiento de nuestro edio de vida rural y nuestro medio natural.
Me parece oportuno arrancar estas reflexiones sobre el futuro inmediato con este recuerdo a las recientes protestas del mundo rural, porque creo que el coronavirus, y las medidas excepcionales que todos hemos tenido que adoptar en estas últimas semanas, han venido a ratificar el acierto y la justicia de sus reclamaciones de entonces: sin agricultores y sin comunidades rurales nuestra sociedad y nuestro modo de vida no pueden funcionar correctamente. Esta emergencia sanitaria ha generado un fuerte impacto en nuestra vida cotidiana, y también ha puesto en el centro del interés público la extraordinaria labor (que no se ha detenido en ningún momento durante el estado de alarma) de los hombres y mujeres que se dedican a la agricultura, la ganadería o la pesca en Cantabria, y que han seguido produciendo nuestros alimentos y cuidando de nuestro medio natural durante estos meses, exponiendo su salud para seguir produciendo y para que los mercados no quedasen desabastecidos.
Creo que todos somos ya conscientes de que las últimas décadas han sido las comunidades rurales las primeras víctimas de una estrategia globalizadora voraz, que ha promovido la concentración de recursos y personas en los grandes núcleos de población, el vacío de pueblos y comarcas, la deslocalización de la producción agroalimentaria, la caída del precio de productos básicos como la leche, o la destrucción y la sobreexplotación de nuestros recursos naturales. Esta crisis sanitaria, que también lo es social y económica, nos ha hecho reflexionar sobre la importancia de tener un sistema alimentario adecuado, cercano y de confianza, que nos asegure el acceso a productos saludables y de máxima garantía en los momentos más difíciles. Por ello, el covid-19 también ha puesto en valor el renovado papel de los hombres y mujeres del campo.
Desde el Gobierno de Cantabria defendemos con tenacidad la existencia de un medio rural que apueste por la proximidad. Apostamos porque nuestros alimentos sean producidos lo más cerca posible de los consumidores, por varios motivos: para garantizar la supervivencia de aquellos que apuesten por su producción y elaboración, para garantizar que la cadena alimentaria no se rompe por problemas comerciales o sanitarios en otros países, y también para luchar contra el cambio climático y el despilfarro energético. Los alimentos de nuestra cesta de la compra serán mejores cuantos menos kilómetros tengan que viajar, cuantos menos pesticidas y abonos sintéticos necesiten para ser producidos, cuantos menos envases de plástico precisen para ser transportados y distribuidos, cuanto más respeten el bienestar animal, cuanto mejor conserven los suelos, el agua y la biodiversidad de nuestra tierra, cuanto mayor y más justa sea la retribución salarial de los profesionales que los elaboran.
Hay un modelo de producción que conserva y crea biodiversidad, que genera una economía de escala local, un aprovechamiento racional de los recursos, ligando la producción al terreno, y otro que simplifica y hace más vulnerables los ecosistemas (agricultura industrial). Desde la consejería apostamos por el primero. Un modelo de desarrollo regional/local basado en el fomento de «cadenas de valor» respetuosas con el medio ambiente, que asegure nuestra diversidad alimentaria, cultural y gastronómica, así como la pervivencia de las variedades y razas locales, y los productos artesanales.
La prioridad ahora es facilitar la vuelta a la actividad económica y a la normalidad. Desde el Gobierno de Cantabria, nuestro propósito es reducir el impacto negativo que esta pandemia ha tenido en nuestros pueblos. Creo que es el momento óptimo para impulsar la economía local a partir de los recursos que tenemos. Es tiempo para reforzar el apoyo a nuestros sistemas agrícolas y ganaderos extensivos; de fomentar el capital innovador de los jóvenes en el medio rural; de recuperar el 'saber hacer' tradicional combinado con las mejores herramientas tecnológicas para acercarlo a un mercado de consumidores que apuestan por la salud y la calidad de los productos de cercanía.
Vamos a seguir trabajando para mejorar las condiciones de vida de un sector hasta ahora poco considerado: pescadores, ganaderos, agricultores, elaboradores y transformadores agroalimentarios... Detrás de los alimentos que compramos diariamente, hay muchas familias involucradas que los producen, elaboran y transforman. Como consumidores, cada vez que adquirimos alimentos de Cantabria apoyamos unas mejores condiciones de vida y trabajo para ellos, una menor precariedad social y una mayor vida y esperanza de futuro para nuestros valles y comarcas rurales. Defendámonos y apoyemos lo nuestro.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.