¿Mejor o peor?

Hoy lo rememoro por este interrogante -casi una muletilla- que dirigía a sus pacientes al intercambiar las lentes cuando exploraba la visión en las escalas optométricas: «¿Mejor o peor?». Alguno insinuaba: «es que parece...», otro «no sé qué decir...», «a ver, a ver...». Don Rafael, conteniéndose, les repetía incansable: «¿Mejor o peor?». Y en este mes de balances y buenos propósitos, con los habituales mensajes navideños, sería relevante que políticos y dirigentes, ante un año que termina, también respondieran solo con una palabra: ¿Mejor o peor tras los doce meses transcurridos?

En las ruedas de prensa y los foros, todo es coyuntural, la crisis económica se reduce a pequeños reajustes y el porcentaje del paro no supera los límites críticos; la delincuencia nunca aumenta, son casos puntuales; no hay ni habrá movimientos independentistas, y además tampoco tendremos referéndums, solo consultas... Por supuesto, mejor o peor será según el color y la transparencia del cristal con que miramos, pero algunos -con anteojeras- seguirán ciegos aunque cambien de gafas.