La memoria de Cantabria, en un clic

La iniciativa de El Diario Montañés de digitalizar toda su hemeroteca y, especialmente, ponerla a disposición de sus suscriptores supone un paso de gigante en el acceso a la historia de nuestra comunidad. Durante años, los investigadores, tanto de periodos de la historia reciente, como de quienes persiguen la vida de determinados políticos, artistas, deportistas, etc. han tenido que acudir a las hemerotecas públicas, generalmente infradotadas y con problemas de masificación. Tiene enorme mérito esa tarea de rastrear, bien en los grandes tomos de colecciones de diarios encuadernados o, más recientemente, en las pantallas de viejos lectores de microfilmes, las páginas de los periódicos regionales. Pero también ha supuesto una pérdida de tiempo y esfuerzo que podría dedicarse a un análisis más profundo de la información de los viejos diarios.

Ahora, cualquier suscriptor de El Diario Montañés tiene, con tan solo cliquear, toda la información sobre Cantabria desde agosto de 1902 hasta el presente. Más de un siglo del acontecer en la región. Y no solamente los datos, sino algo mucho más importante: el marco general de los hechos, la forma en que se valoró en ese momento, las opiniones...

Las hemerotecas son una fuente de información de enorme valor. Algunos ejemplos son reveladores. Florencio de la Lama fue uno de los grandes periodistas de la segunda mitad del siglo XX en Cantabria. Supo, por sus contactos en Liébana, que la guardia civil había matado a uno de los maquis más buscados, el mito de los «hombres del monte»: Juanín. La noticia apareció en la portada de El Diario... pero no en un lugar destacado, solamente una pequeña información a pie de página. Lo hizo así para salvar la censura ya que el gobernador había dado orden de que no se dijera nada hasta el día siguiente, cuando todo estuviera preparado para un alarde de eficacia policial. El diario del gobierno, 'Alerta', no publicó ese hecho hasta el día siguiente. Naturalmente el gobierno multó a El Diario y amenazó con su cierre si se repetía otro caso similar. Con este ejemplo se entiende la forma de acción de la censura durante el franquismo.

Otro caso permite poner en perspectiva la situación: la portada de El Diario Montañés tres días después del asesinato del diputado Calvo Sotelo aparece con un gran espacio en blanco. La censura del gobierno de la república española prohibió la difusión de las informaciones que ocupaban esos huecos en la página y aunque trató de que El Diario sustituyera las piezas por otras noticias el periódico optó por dejarlos en blanco. Dos detalles que sitúan muy bien como actuaban los gobernantes del momento.

La colección de El Diario Montañés abarca nada menos que 119 años de la vida regional, nacional e internacional. Basta con una mirada superficial para comprobar la evolución del periódico, desde un formato sábana (el doble de grande del actual) hasta la ausencia de material gráfico en los primeros años y el despliegue de fotografías, infografías, etc. a todo color del presente. También que en los primeros años de vida, este periódico, como el resto, apenas ofrecía el segundo nivel de lectura, el que se basa en el tamaño de los titulares, la ubicación en página, el apoyo gráfico, etc. Una prueba de cómo los diarios han evolucionado para adaptarse a las demandas de los lectores.

La digitalización de la colección de El Diario y su pues ta al alcance de los suscriptores también ofrece múltiples opciones: disponer de la portada del periódico del día del nacimiento de cada persona, navegar por la historia de un deportista, intelectual, escritor, etc. Visualizar el cementerio de los proyectos abortados a lo largo y ancho de más de un siglo, seguir la evolución del Racing desde sus inicios o comprobar como se trataban noticias como el fallecimiento de María Blanchard, los veraneos reales en Santander, la guerra de Marruecos- el desastre de Annual cumple cien años- o las dos guerras mundiales.