Memoria de Pedro Sánchez

Aparentemente llevan la firma del actual presidente del Gobierno. Nombre y primer apellido, por el que se le conoce. Pedro Sánchez. Pero no son de ahora, sino de hace más de un largo siglo. Y no son suyos, sino de José María Quintanilla, gerente de La Propaganda Católica y co-fundador de El Diario Montañés (1902). Quien tuvo a bien (a saber por qué oscura razón) firmar buena parte de su producción literaria con el seudónimo Pedro Sánchez. Así: 'Carta larga dirigida a un crítico extranjero' (artículo periodístico con puntas y ribetes de trabajo literario) y 'Gumersindo Laverde' (montañés de nacimiento y de corazón, aunque por asturiano se le tenga), publicados en 'De Cantabria' (1890).

En aquel, elucida La Montaña artística y literaria y cita como precedentes a Quevedo, Calderón y Lope de Vega. Un trío de lujo. Trata de literatos y artistas; escritores y pintores mayormente, de realidad y ficción, del ayer y del hoy literario provincial, su querida patria. Y en éste, esboza la biografía del poeta inspirado e independiente, de fondo cristiano y forma griega, tocado de las melancolías septentrionales e inclinado a la manera de la poesía del Norte; poeta dulce, nebuloso, correctísimo, de ternura romántica y de pureza clásica. Con otros artífices, secados en flor por el inclemente soplo de la muerte, a cuya memoria consagra una lágrima y un recuerdo. Muy cumplido en todo Pedro Sánchez.

Con tal seudónimo sólo tengo localizado un libro: 'Recuerdos de Tánger. Apuntes de cinco días' (Santander, Impr. y lit. de 'El Atlántico', 1888). Que se sepa aquel primordial Pedro Sánchez no plagió a nadie. Ni recurrió a mano amiga para que le escribiera la tesis doctoral con pretensiones de cum laude.