En memoria de las víctimas

Nunca antes en democracia el duelo del conjunto de la sociedad española ha durado tanto tiempo. Es de justicia que sea así. La tragedia que acompaña al Covid-19 será imborrable en el ideario colectivo de toda la ciudadanía española, y también de la cántabra. Ha llegado produciendo un dolor sin paliativos en el conjunto de los españoles y los cántabros, y la sensación de miedo, de indefensión y desprotección ante un enemigo invisible sigue permanente en nuestras vidas y será difícil que se marche definitivamente.

Por eso el Gobierno de Pedro Sánchez ha querido que honremos a las víctimas de la Covid-19 cuando todos podemos hacerlo, saliendo a las calles a rendir el homenaje público y multitudinario que merecen. Porque es bueno que la sociedad que trabaja junta por el bien común pueda también manifestar junta su dolor en unas circunstancias como estas.

Un país es, por encima de todas las demás cosas, su gente. La ciudadanía que cada día es protagonista de miles de historias distintas, que emprenden proyectos nuevos, que crean, que levantan la persiana de un comercio o cuidan a los ancianos. Un país son sus profesores, sus maestros, sus científicas, sus barrenderos y cajeras de supermercado, sus fontaneros, sus cocineros, sus creadores, sus hosteleros, y más que nunca en estos momentos sus médicos y enfermeros. Somos todos y todas.

España la formamos todos los que cada día contribuimos desde nuestro espacio a hacer un país mejor, haciendo lo que mejor sabemos hacer allí donde podemos hacerlo. Y estos días son, sobre todo, ellos y ellas, que han sido víctimas de la enfermedad y la violencia de esta pandemia. Y quienes, como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y los profesionales sanitarios han sacrificado, incluso sus vidas, en el cumplimiento del deber ante una amenaza insólita para todos. En su memoria, siempre con nosotros.