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María José, trabajadora de la residencia Fernando Arce, de Torrelavega, besa a su pareja, David, después de 40 días de encierro voluntario en el centro. L. Palomeque
Dos meses que lo cambiaron todo

Dos meses que lo cambiaron todo

¿Recuerda que en marzo nos preocupaba que el café del desayuno y las pausas para el cigarro se iban a descontar del horario laboral tras la sentencia de la Audiencia Nacional? Ahora hay más de 40.000 cántabros afectados por los 7.000 ERTE declarados en empresas de la región

Gonzalo Sellers

Santander

Viernes, 15 de mayo 2020, 17:34

Cierre los ojos y piense cómo era su vida hace solo dos meses. ¿Recuerda que en marzo nos preocupaba que el café del desayuno y las pausas para el cigarro se iban a descontar del horario laboral tras la sentencia de la Audiencia Nacional? Ahora hay más de 40.000 cántabros afectados por los 7.000 ERTE declarados en empresas de la región, mientras las colas de familias necesitadas dan la vuelta a la manzana en la cocina económica. ¿Se acuerda cuando el carril del MetroTUS era motivo de discusión constante en el Ayuntamiento de Santander? Nadie reclama ahora más espacio para los coches y peleamos por nuestra cuota de sol a pie entre la multitud. La hoja de racionamiento del siglo XXI se reduce a una franja horaria para salir de casa. El mayor quebradero de cabeza del Gobierno cántabro eran entonces los 42 millones de IVA y las ayudas por las inundaciones que le debía el Estado. Y en solo dos meses el coronavirus ha dejado un agujero de 63 millones de euros en la región y una dependencia casi maternal con Madrid digna del análisis de Freud. La España vaciada ya no es un problema, es una fantasía para los confinados en 40 metros cuadrados.

Nuestra escala de valores ha saltado por los aires en los dos meses que se cumplen ahora del primer estado de alarma. En el periódico nos enfrentamos a esos cambios tan brutales y rápidos igual que usted. Las personas, usted, se han convertido en las protagonistas absolutas de las informaciones. Nuestros periodistas salen a la calle (sí, no han dejado de hacerlo ni un solo día) para buscar historias como la de Conchita Roque, de 83 años y con varias patologías previas, que superó el coronavirus tras un mes ingresada en el hospital de Sierrallana. Como las de todo el personal sanitario que trabaja en los hospitales cántabros. O como la de Catú Ruiloba, una vecina de Villacarriedo que acaba de superar un cáncer y lidera una red de voluntariado que ha llegado a coser entre 700 y 1.000 mascarillas diarias. Todos ellos son nuestros lectores y, ahora también, la noticia. Nunca la gente ocupó tantas portadas, tantas páginas y tantos minutos en radio y televisión.

La fase 1 de la desescalada supone un desafío para todos. También para nosotros. Estamos obligados a sacudirnos rutinas y salir de nuestra zona de confort en la redacción. Tenemos claro que la información de servicio es más importante que nunca, por eso debemos esforzarnos por ser muy claros y precisos cuando contemos qué se puede y qué no se puede hacer en estos momentos. Debemos actuar como un filtro que quite las impurezas -los datos superfluos y la desinformación- para que usted tenga todas las claves y pueda prepararse para los próximos pasos.

Al mismo tiempo, debemos ser capaces de pararnos a reflexionar y profundizar en lo que está ocurriendo. Se habrá dado cuenta de que las opiniones de científicos, médicos y psicólogos se han multiplicado en nuestras páginas. Y todos eso sin dejar de vigilar, como siempre, las decisiones de la Administración pública. No podemos permitir que haya sombras en la gestión. Con más de 200 muertos en la región, debemos exigir una transparencia total. Y no siempre es fácil. No fue sencillo conocer los datos de contagios por municipios, allá por comienzos de abril. Ni tampoco saber el impacto económico real del coronavirus. Hemos entrado en la UCI de Valdecilla y hemos enfrentado la situación real en las residencias cántabras.

No tenga duda de que todas estas situaciones aparecen cada día en las reuniones por videollamada que los responsables del periódico hacemos desde nuestras casas. Se debaten y se deciden por profesionales que llevamos décadas de experiencia haciendo su periódico. Mesa de Redacción vuelve a su periodicidad semanal, tras las excepcionales jornadas que motivaron que fuera diaria. Cada siete días les contaremos cómo afrontamos estos retos. Este espacio será un ojo de cerradura para que descubran las bambalinas de su periódico. Hasta la semana que viene. Cuídese.

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