Método alienígena
Considerar nuestra historia como un experimento de exploradores cósmicos facilitaría entenderla sin prejuicio ideológico
Juan Luis Fernández
Lunes, 24 de mayo 2021, 08:56
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Juan Luis Fernández
Lunes, 24 de mayo 2021, 08:56
Mi infancia no son recuerdos de un patio de Sevilla, pero una minúscula parte sí lo es de la sombra veraniega de una vega castellana, entre álamos y «escuchos» del río, rodeado de libros de JJ Benítez, Erich von Daniken y otros sujetos de imaginación ... exuberante, que se ocupaban de cosas verdaderamente fundamentales (los extraterrestres). No como el vespertino diario «Pueblo» de Emilio Romero, entonces obsesionado con que Don Juan Carlos había nombrado presidente del Gobierno a un tal Adolfo Suárez, conocido en su casa a la hora de cenar. Tema aburridísimo en comparación con la posibilidad de que estuviéramos siendo espiados por una cofradía galáctica, que de vez en cuando secuestraba («abducía») a un humano para hacerle cosas más raras que los franceses a los guisos.
Pasó fugaz aquel inocente interés, ante lo inverosímil de que volaran, no platillos, sino vajillas enteras ante los cazabombarderos. En un universo tan abigarrado, es matemáticamente aceptable que pueda haber en otros lugares vida inteligente (sería la primera, me temo). Pero se hallan tan, tan, tan (etc.) lejanos, que podrían haber salido hace miles de años en viaje hacia aquí y aún no habrían llegado ni haciendo transbordo en Bárcena.
Ahora resulta que los militares de Estados Unidos han reconocido la existencia de ovnis y confirmado que algunos vídeos son auténticos. No diga «objetos extraterrestres». Solo son «no identificados». Tampoco resulta inusual: piense en la cantidad de cosas de la política de Cantabria que se mueven erráticas y van de acá para allá, sin que sepamos de dónde vienen, a dónde van, ni qué pretenden. Podría sospecharse, sin incurrir en «conspiranoia», que hemos estado en manos alienígenas durante ciertos momentos de estos cuarenta años de autonomía. Es que otra explicación no habría. Pues el error humano no es suficiente causa: había algo de extrahumano en ello. Sin duda, considerar nuestra historia como un experimento de unos exploradores cósmicos le daría un atractivo especial y facilitaría contemplarla sin anteojos ideológicos. Hay quien cree que la historia será ciencia cuando los historiadores lleven bata blanca. Igual exageran, pero marcar distancia como un etnólogo siempre ha sido un método interesante.
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