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La ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, ha tardado un año, pero mejor tarde que nunca. Ha dicho las verdades del barquero sobre los espigones de La Magdalena. Que lo mejor es terminarlos, salvo que Santander quiera quedarse sin playa, ... pues los rellenos permanentes de arena son un disparate económico y ecológico. Ha venido a decir también que, si los santanderinos queremos eso, que nos lo paguemos nosotros. Por tanto, la ministra de Sánchez ha desautorizado la posición de los concejales socialistas, regionalistas y 'ciudadanistas', que era, precisamente, suprimir espigones y rellenar con arena cada vez que se necesite. Esto ha sido declarado absurdo por el Gobierno de España y el arriba firmante, por una vez y sin que sirva de precedente, está de acuerdo. Lo único que puedo reprochar a la ministra es que haya necesitado un año para llamar al pan 'pan' y al espigón 'solución'. Seguramente estaba muy ocupada hundiendo la industria nacional del automóvil. El día no da para todo.

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eldiariomontanes Ahí tú, ministra