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En los últimos veinte años se han sucedido ni más ni menos que ocho elecciones a la Generalitat; irónicamente, ERC, que adelantó las últimas desde el Govern, ha sufrido un gran retroceso. Ha habido una victoria clara de Salvador Illa, del PSC, pero puede resultar ... una victoria pírrica; esto es, insuficiente para que llegue a gobernar. Cabe recordar que tanto él como Inés Arrimadas (Cs) no pudieron ni presentar un programa de Gobierno puesto que se requiere que el presidente del Parlamento se lo ofrezca al ganador; algo que apenas nadie menciona. En el caso de Arrimadas, Iceta rechazó de antemano la posibilidad de investirla con los votos socialistas. Hasta la fecha una mayoría independentista ha cerrado el paso a quien no sea uno de los suyos. ¿Y ahora, qué decidirá ERC: permitirá la investidura de Illa o la bloqueará?
Siempre hay que preguntarse por quienes renuncian a votar, también por su elevado número. ¿Cuántos se abstienen de ir a las urnas y por qué? ¿Cuántos votan en blanco y por qué? ¿Entienden que nada bueno pueden esperar de la gestión de la Cataluña oficial para atender sus problemas? Esta merma de participación impide que la democracia esté en forma, pero a quien gana no suele importarle esta honda desesperanza.
Algunos dicen que el prófugo chantajea a Sánchez, lo cual es rotundamente falso. Fueron a buscarlo y a echarse a sus brazos, hasta darle la amnistía (a él y a muchos otros) y 'resucitarlo' (momentáneamente, por de pronto). ¿Se irá a casa Carles Puigdemont, tal como prometió si no conseguía ser presidente? ¿Cómo le compensará Sánchez para seguir gobernando en España? Pronto lo veremos.
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