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Cuando la directora de Salud Pública de Australia del Sur, Nicola Spurrier, ha lanzado una alerta en una rueda de prensa acerca de una cepa del SARS-CoV-2 que se está propagando a gran velocidad. Esta nueva cepa presenta un período de incubación de ... unas 24 horas, y aunque los síntomas que muestran las personas infectadas son mínimos, las autoridades han decidido tomar medidas con el fin de adelantarse a la propagación del virus.
En un estado con dos nuevos casos confirmados y 550 acumulados desde el inicio de la pandemia, han decidido confinar a 1,7 millones de personas. Solamente una persona por hogar podrá salir cada día para hacer la compra o acceder a servicios esenciales, siempre con mascarilla. Se prohíbe hacer ejercicios al aire libre y se cierran los negocios no esenciales como los restaurantes y cafeterías, las residencias de ancianos y escuelas, y se prohíben las bodas y los funerales, entre otras medidas.
Spurrier también destacó que con las medidas se espera «que no pase lo mismo que en Victoria», en alusión al estado vecino que se convirtió a finales de junio pasado en el epicentro de la segunda ola de COVID-19, tras los presuntos fallos en los centros de cuarentena en Melbourne.
El brote de coronavirus en Australia del Sur se produce en el momento en que Australia se proponía reabrir sus fronteras de cara a la Navidad, con el fin de acelerar la reactivación económica a medida que retira progresivamente los subsidios salariales y por desempleo.
Mientras tanto, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha autorizado el ensayo clínico fase III en España de una nueva vacuna contra la covid-19, en este caso la de Johnson&Johnson, que desarrolla a través de su filial europea, la farmacéutica Janssen, convirtiéndose así en el primer ensayo de este tipo para una vacuna contra el coronavirus autorizado en el país. Recordar que el hospital de Valdecilla participó en el ensayo de segunda fase de esta misma vacuna.
Según han apuntado desde Sanidad, se trata de un ensayo multinacional, con diseño doble-ciego, que estudiará la seguridad y eficacia de un régimen de dos dosis de esta vacuna con un total 30.000 voluntarios de nueve países. La vacuna está basada en una tecnología ya probada similar a la de Oxford; parte de un adenovirus recombinante, modificado para generar una respuesta inmunológica frente a la proteína S del coronavirus. En cambio, las vacunas de Pfizer y Moderna se basan en la tecnología ARNm, que todavía no ha sido aprobada en ninguna vacuna para uso humano.
En España, este ensayo se llevará a cabo en nueve centros hospitalarios, que iniciarán en breve el reclutamiento de los voluntarios que cumplan con los criterios de inclusión especificados en su protocolo, inicialmente destinado a participantes sin enfermedades asociadas a un mayor riesgo de progresión a un pronóstico grave por coronavirus. Tras la evaluación por parte de un comité independiente de vigilancia de los datos de seguridad de estos participantes, se pasaría eventualmente a incluir a participantes con enfermedades concurrentes que sí se asocian a un mayor riesgo. Desde la AEMP han adelantado que será necesario esperar que el ensayo clínico haya finalizado para poder analizar todos los datos y extraer conclusiones finales.
La aparición de nuevas cepas del virus puede afectar a la efectividad de las vacunas. La de Johnson&Johnson lleva cierto retraso respecto a las otras citadas, que pueden ser aprobadas en cuestión de semanas, pero será bienvenida: la variedad ayudará a contrarrestar las mutaciones.
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