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Hemos asistido estos días a la escenificación de cierta polémica: Se señala «exclusión de los profesionales» de la Crotu. Se formulan encendidas réplicas a esta exclusión del «conocimiento técnico», advertencias sobre la pérdida de «garantías» y «transparencia», la «vuelta a los derribos» y «desastres urbanísticos». ... Todo ello se ilustra con bellas fotografías de algunos de nuestros más hermosos pueblos, conjuntos patrimoniales, precisamente protegidos de cualquier tipo de autorización en su entorno.
El debate sobre las construcciones en rústico está abierto hace años, se reenciende cada cierto tiempo entre detractores y partidarios. Se vuelve más polémica sobre el uso residencial, y no digamos turístico.
El problema real es que Cantabria tiene una grave falta de Planeamiento actualizado, carece de un Plan Regional de Ordenación del Territorio y la aprobación de los Planes queda empantanada en un farragoso y demasiado largo trámite, más burocrático que efectivo.
Creemos firmemente que si se puede o no edificar, en qué sitios del rústico y para qué usos, debe determinarlo el Planeamiento Territorial y Urbanístico y esa es la misión fundamental de la Crotu, el más alto «órgano consultivo y de gestión en las materias de ordenación del Territorio y Urbanismo en el ámbito de la Administración de la Comunidad Autónoma de Cantabria».
También puede y debe ocuparse la Crotu de establecer criterios y conceptos claros para las autorizaciones. Para una mínima eficacia administrativa la resolución de cada expediente no debe, no puede ser sometida al mismo debate constante, estéril y sin conclusión al que venimos asistiendo.
Estimamos que a lo largo del tiempo la Crotu se ha convertido en un órgano en que un alto porcentaje de miembros silentes y con escasa participación contemplan inánimes un río incesante de cuestiones de trámite en el que se ahogan las verdaderas cuestiones de debate.
Ya en marzo de 2021, enviamos una 'Carta Abierta' a todos los miembros de la comisión, exponiendo nuestra preocupación por su funcionamiento y valoramos incluso dejar de asistir mostrando así a la opinión pública, nuestro desacuerdo con este devenir.
Pedimos entonces que se pusiera en funcionamiento la Comisión Permanente, que desde el Decreto del año 2003 por el que se regulaba la Crotu ya se establecía como: «...la encargada del trámite de todos los expedientes de ejecución, gestión y aplicación del planeamiento territorial y urbanístico».
Planteábamos otros problemas: la necesidad de criterios uniformes, conocidos y admitidos, el alcance de los informes técnicos y su concisión, la normalización de los expedientes para favorecer su trámite eficaz, el trámite unitario de informes sectoriales.
Y ahora lo cierto es que no se excluye a ninguno de los Colegios Profesionales de la Crotu sino que se pone en funcionamiento una Comisión Permanente, más ajustada en su composición y dedicada expresamente al trámite que ocupa desde hace demasiado el tiempo y actividad del Pleno de la Crotu.
Nunca pedimos ser nosotros los designados para esa Comisión Permanente que confiamos servirá para agilizar y normalizar las autorizaciones.
Pensábamos entonces y sostenemos hoy que es imperativo para la región un eficaz funcionamiento de la Crotu. Los procesos que suponen ocupación del territorio tienen consecuencias sobre el medio natural y el desarrollo económico y social, el bienestar y prosperidad de nuestra sociedad.
Sólo asignando cada misión al órgano más adecuado, con procedimientos claros y normalizados puede existir un control integral de estas autorizaciones sobre nuestro territorio, con una tramitación organizada, medios técnicos y humanos para considerar y ajustar la regulación, los valores del territorio, la aptitud del mismo para ser soporte de la actividad económica, la relación entre municipios, los efectos aditivos...
El compromiso de los Colegios Profesionales es el de colaborar con las Administraciones aportando el conocimiento técnico pertinente, el que se nos requiera. No nos importa tener 'sitio' sino servir. El voto de los colegios es minoritario y nunca ha definido las decisiones de la Crotu, ni siquiera las más polémicas en las que varias veces hemos hecho constar votos particulares y en contra. Ahí están las actas, públicas.
Entendemos se trata más bien de diluir la responsabilidad con una cohorte de colegios profesionales respaldando con el silencio general lo que son decisiones del Gobierno de Cantabria. Pedimos tan sólo, si hemos de aportar nuestro trabajo y conocimiento, que sea eficaz.
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