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Tal día como hoy, 15 de diciembre, hace 40 años, las Cortes Generales de España aprobaron el Estatuto de Autonomía de Cantabria por el que la entonces Provincia de Santander adquiría una autonomía política y administrativa de la que nunca hasta ese histórico día había ... gozado.
¿Como se llegó a ese momento? ¿Fue fácil conseguirla? ¿Nos fue graciosamente concedida o decidida por nosotros, los cántabros? ¿Hubo momentos en que pudo haber sido abortado el acceso de nuestra región a su autonomía? ¿Quienes y como la decidieron?
Una cosa es clara: si la población de Cantabria no hubiese querido en 1979 que los políticos que la representaban en los 102 ayuntamientos, que por estar recién elegidos y por su proximidad a sus propios vecinos, conocían perfectamente sus deseos en tema tan capital, la Autonomía de Cantabria no se habría podido realizar, por mucho que lo hubiesen deseado los políticos de nuestra región. A tal efecto hay que tener en cuenta que en las elecciones municipales de 1979, las primeras celebradas después de la dictadura, los dos principales partidos enfrentados en las mismas llevaban en sus programas el tema autonómico, y así mientras el PSOE se comprometía a que todos los concejales que salieran por su partido solicitarían la autonomía de Cantabria como región uniprovincial, UCD dejaba libertad de voto a los suyos para que obraran según el sentir de sus vecinos. Fue precisamente un ayuntamiento gobernado por UCD, Cabezón de la Sal, el que el 30 de abril de 1979 dio el pistoletazo de salida, al que en muy pocas semanas siguieron la gran mayoría de los 102 ayuntamientos y la propia Diputación Provincial.
Pero ya antes de ese decisivo momento se había producido un hecho de gran importancia, como fue el que los nueve parlamentarios de la Provincia de Santander, elegidos en las primeras elecciones democráticas celebradas en 1977 (seis de UCD, liderados por Justo de las Cuevas; dos del PSOE, liderados por Jaime Blanco; uno de AP, Modesto Piñeiro), tuvieron en su mano incluir a nuestra Provincia en la Preautonomia recién aprobada para Castilla y León, dado que la misma les daba esa posibilidad. No lo hicieron y, por el contrario, redactaron y presentaron en Madrid un Estatuto de Preautonomia para nuestra Región, que no fue aceptado pero que marcaba ya el sentir mayoritario de quienes en ese momento eran los únicos representantes de la Provincia elegidos democráticamente.
Y asi, aprobada la Constitución -siguiendo el camino marcado por ella, dentro del plazo de seis meses que señalaba como tiempo máximo desde la primera petición de autonomía realizada por un ayuntamiento hasta que lo hicieran, al menos, más de los dos tercios de los mismos, y que estos representasen a más de la mitad de la población de la Provincia- nuestros ayuntamientos, incluido el de Santander, así como la Diputación Provincial, ambos gobernados por UCD, solicitaron nuestra autonomía como Región Uniprovincial.
Salvado este primer obstáculo -que de no haberlo conseguido, en tiempo y número, hubiera supuesto tener que esperar cinco años y con ello su seguro decaimiento- el 10 de septiembre de 1979 se constituyó la Asamblea Mixta de Parlamentarios y Diputados Provinciales, formada por los nueve parlamentarios nacionales (seis de UCD y tres del PSOE) y los veintisiete diputados provinciales (dieciocho de UCD, ocho del PSOE y uno del PRC), la cual, bajo la presidencia y eficaz dirección parlamentaria de Justo de las Cuevas, nombró una ponencia encargada de redactar un borrador de Estatuto, cuyo texto, publicado el 11 de febrero de 1980, sirvió de base para su discusión y enmienda en el Pleno, el cual, una vez aprobado en junio de ese mismo año, fue enviado al Congreso de los Diputados, cuya Mesa lo admitió el 2 de julio y lo envío a la comisión correspondiente, donde se nombró una ponencia de la que formaron parte los diputados Alberto Cuartas y Justo de las Cuevas por UCD y Jaime Blanco por el PSOE.
Aprobado el nuevo texto por el Pleno del Congreso, fue remitido al Senado, del que, con las pertinentes modificaciones, regresó nuevamente al Congreso, donde definitivamente fue aprobado por el Pleno de dicha Cámara el 15 de diciembre de 1981, convirtiéndose así la Provincia de Santander en Comunidad Autónoma de Cantabria y la Provincia pasó a denominarse con el mismo nombre de la Comunidad.
Con tal motivo un numeroso grupo de alcaldes y diputados provinciales se desplazaron ese día a Madrid para ser recibidos, por la mañana, en el Palacio de la Moncloa por el presidente Calvo Sotelo, y después asistir, ya por la tarde, al Congreso de los Diputados para presenciar la aprobación de nuestro Estatuto de Autonomía, realzando con su presencia la importancia que tal trascendental momento histórico suponía para nuestra Región.
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