Los que van a morir no te saludan

En pleno confinamiento, he decidido darle una oportunidad a 'Juego de Tronos'. Cuando la khaleesi se ve obligada a reabrir los reñideros de Mereen, me acordé de Javier Tebas y los futbolistas. «Ahora lucharán como hombres libres», le dijeron a la reina dragón. Ya, bueno. Voluntarios forzosos.

En las Instalaciones Nando Yosu cuelga un vinilo que recuerda aquellas cosas en las que el Racing fue pionero: la publicidad en la camiseta, el primer partido televisado... El jueves, la plantilla verdiblanca, la última de las 42 que conforman esa empresa que es LaLiga, le dio la vuelta a la clasificación para convertirse otra vez en la primera. En dar un paso al frente sin escudarse detrás del pensamiento único de la AFE y enseñarle el pulgar hacia abajo al patrón. 'Los que van a morir no te saludan'. Para los que leen con dificultad: Ni se niegan a hacer los test ni se niegan a jugar. Solo muestran su desacuerdo.

El fútbol profesional mueve muchos millones y por eso los jugadores cobran bastante más que un sanitario, un transportista, un empleado de un supermercado o el de una gasolinera. Injusta o no, es la ley de la oferta y la demanda. Pero los ceros que importan ahora son otros: los que engrosan las cifras de miles de muertos por el maldito bicho.

Las dimensiones no son comparables, pero como el histórico plante del 30 de enero de 2014, la postura de los jugadores racinguistas tiene ese halo de dignidad. Porque este escudo, este club, tienen algo especial. Las vitrinas tan limpias como la conciencia. Y ha sobrevivido a tipos disfrazados de entrenador, exóticos mangantes -sí, la 'n' y la 'g' están en el orden correcto-, a marineros sin luces y okupas con zapatos caros financiados con tarjetas ajenas. Y Pernía y Harry, dicen, lo verán desde la cárcel.

Quizá el Racing vuelva al averno futbolístico. Se juegue o no. Eso no lo decidirá un Javier Tebas que corre delante de la roca de los acontecimientos como Indiana Jones en el Templo Maldito. Serán las autoridades quienes abran o clausuren ventanas. De momento, ni partidos a puerta cerrada ni test masivos. Y ya se verá si se reanuda la competición. No le está yendo muy bien al jefe del balompié patrio mientras se pelea en los reñideros con Luis Rubiales y David Aganzo. Ellos sí, como hombres libres.

Esta plantilla ya se ha ganado el reconocimiento del racinguismo. Aunque sea para morir, que sea de pie ante lo injusto. Porque si quienes nos cuidan -también a los futbolistas y a sus familias. E incluso a Javier Tebas y a su familia- o quienes permiten que nuestras vidas no se paren no pueden trabajar en plenas condiciones de seguridad pese a ser totalmente esenciales, no hace falta mandar a la arena a quienes nos entretienen. Los periodistas deportivos les haremos compañia en el banquillo de las cosas que pueden esperar.

A Chuti Molina hay que reconocerle que quizá la plantilla que ha conformado no anda sobrada de talento, pero el compromiso y dignidad de estos futbolistas ha quedado fuera de toda duda. Esta camiseta sí la merecéis.