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Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros a solas a un lugar alejado de la ciudad a descansar un poco». Se marcharon a la zona del Sardinero. Muchos les vieron ... y les reconocieron. Entonces, de los lugares de alrededor, en fiestas, fueron corriendo a aquel sitio. Jesús vio tantas familias, y tantos jóvenes y niños, que se compadeció porque andaban buscando la felicidad y no la encontraban, y se puso a hablarles del amor, de la amistad, de la solidaridad y del Reino de Dios.
Como se hizo un ambiente verdaderamente festivo, el tiempo se les pasó volando. Los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «Estamos fuera de casa y ya es tarde, de manera que será mejor que se vayan a las tiendas y cafeterías de alrededor y compren algo de comer». Él replicó: «Dadles vosotros de comer». Ellos le contestaron: «Tenemos mil familias, eso serán unas cinco mil personas. ¡Menudo dineral supone eso!». Él sugirió: «organizad un Kiosko Solidario y lo que sobre dádselo a los pobres».
Fede se encargó de los horarios. Su hermano Javier consiguió agua gratuita. Carmen sugirió hacer un chat por whatsapp para el puesto solidario, con el fin de organizarse mejor. Cristina planteó precios asequibles. Laura apeló a la magnanimidad de la gente para tener el kiosko lleno de galletas, de tortillas, de quesadas... Jesús añadió: «Sed generosos en las porciones». Comieron todos, sobró y consiguieron financiar el proyecto solidario de la Fundación REDA. 'No os doy de lo mío, sino de lo que recibo del único dador'. San Agustín.
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