Navidad
Al hilo de los días ·
Hay un vago e inconfesado deseo de recuperar la memoria, de recordar escenas vividas que suele disimularse con la disculpa de ir a ver a los padres porque ellos lo deseanSecciones
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Al hilo de los días ·
Hay un vago e inconfesado deseo de recuperar la memoria, de recordar escenas vividas que suele disimularse con la disculpa de ir a ver a los padres porque ellos lo deseanInstalados en plenas fiestas navideñas, los encuentros entre familiares y amigos que los azares de la vida han dispersado por diversos lugares son uno de ... los alicientes más esperados estos días. Hay dos fechas en las que hasta los más descreídos regresan a la casa o el ámbito familiar, las fiestas del pueblo y la Navidad.
Hay un vago e inconfesado deseo de recuperar la memoria, de recordar escenas vividas que suele disimularse con la disculpa de ir a ver a los padres porque ellos lo desean. Sí, también, pero no menor es el placer de tomar un café o comer con aquellos amigos que formaron parte de tu vida durante un periodo quizás decisivo, acaso cuando se estaban dibujando los sueños que acariciabas.
Los recuerdos ocupan una parte muy importante de las reuniones familiares en las sobremesas, anécdotas de cuando éramos pequeños que los mayores recuerdan, viejas nuevas historias que desconocíamos de ellos o sí, tal vez, nos contaron mil veces, pero muy importantes en sus vidas y que conforman la historia de la familia. Probablemente se rescate una vieja fotografía que la madre conservaba en aquella caja de cartón. A ver esa foto. ¿Cómo era aquello, te acuerdas? Cómo pasa el tiempo, se oirá. Si parece que fue ayer. Algún villancico o canciones montañesas (así lo hacíamos en mi casa), un juego de cartas o parchís pondrán fin a las comidas.
Los momentos vividos estos días serán materia de recuerdo nuevamente más adelante, trenzando una cadena que se va perpetuando. A crear un ambiente navideño contribuyen los comercios y los Ayuntamientos con los adornos clásicos, más allá de la invitación al consumismo de los primeros. También animan los adornos en las ventanas y balcones de las casas: luces, copos de nieve, bolas de colores, espumillón, pegatinas en los cristales., los pequeños muñecos con los Reyes Magos y el Papá Noel. Sin embargo, tengo la impresión de que este año he visto menos adornos. No sé si tendrá que ver con la crisis económica o la falta de ilusión de un tiempo de desesperanza. ¿Se deberá a que hay menos niños, que son los verdaderos protagonistas de estas fechas?
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