Borrar

A principios de diciembre, recibí la primera felicitación navideña del año que raudo se encamina hacia Nochevieja, las campanadas, las uvas y las tracas. Frente ... al mural que fija para la historia el sitio de las Bigarrias, en el barrio de Molnedo, me la entregó en propia mano su autor, Cecilio Espejo. Quien venía más contento que unas pascuas de retirar los primeros ejemplares de Copicentro; Bonifaz, 9. La suya no es una felicitación de usar y tirar. En absoluto. Pertenece al orden de las felicitaciones navideñas de autor. Una felicitación artística. Tan del gusto de los artistas del siglo pasado, práctica en extinción. Porque los artistas actuales no pierden el tiempo ideando y realizando una felicitación personal. Lo que hoy se lleva, cada vez más, es la felicitación digital que se manda a todo mundo con tan sólo pulsar una tecla del ordenador. Se pincha donde dice 'Compartir'. Y ya está. Compartida queda la gélida composición que alguien hizo, a saber dónde, para uso de todos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Navidad todo el año