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Opinión

Enseñanzas humanas del voluntariado

Domingo, 9 de junio 2024, 07:54

Estar en una mesa petitoria puede ser una experiencia enriquecedora sobre el ser humano, sus virtudes y miserias, y ayuda a comprobar que el disimulo ... puede ser un arte. Los sociólogos extraerían interesantes conclusiones si, además de imbuirse en sesudos tratados sobre el comportamiento, se pusieran detrás de una hucha petitoria en plena calle, y comprobaran las curiosas, divertidas o vergonzosas reacciones de quienes pasan de largo, paran y colaboran, o bien hacen 'la cobra' a quien les solicita una ayuda siempre para un buen fin. Vengo colaborando con la delegación local de la Asociación Española Contra el Cáncer y puedo asegurarles que he aprendido mucho sobre el ser humano, de su capacidad para la empatía, la solidaridad o el desprecio. También, de la valentía y la humanidad de los voluntarios, que superan el pudor de pedir en la calle al albur de la respuesta que puedan recibir, que viven momentos, a veces chocantes, otros duros y hasta hilarantes y divertidos, que estas personas, por cierto, mayoritariamente mujeres, tienen que enfrentar.

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