Secciones
Servicios
Destacamos
La reducción de las producciones y del empleo en la empresa Solvay enciende la luz roja de alarma sobre el futuro a medio plazo de la multinacional belga como gran generador de empleo en la comarca. Hasta hace dos décadas, recibir una nómina a cuenta ... de Solvay o de una entidad bancaria era como disfrutar de una especie de canonjía que aseguraba el empleo estable prácticamente hasta la jubilación, unido a reseñables sueldos y bastantes beneficios sociales por encima de cualquier otro trabajador.
La llegada de la firma a Barreda, creada en 1904 por los hermanos Solvay, se produjo al abrigo de la existencia de las cercanas salinas en Polanco, de la piedra caliza en Cuchía, de los puertos de Requejada y Santander, del paso del' río Saja-Besaya, de una línea de tren para el transporte de sus productos, de la cercanía de las papeleras, situadas casi todas en el norte del país, y de los parabienes de una sociedad a la que la revolución industrial, que aunque se había iniciado en España hacía casi un siglo, en esta comarca sonaba muy lejana, si es que sonaba.
Además, y esto fue también determinante, había abundante mano de obra, que aunque en absoluto tenía especialización para los menesteres que precisaban Ernest y Alfred Solvay, además de tener en cuenta que los terrenos donde se levantarían las naves eran fáciles de conseguir. Se compraron 500 fincas en 400.000 pesetas, casi 500 hectáreas de tierra en un lugar geográficamente privilegiado. Llegaron a ser miles de trabajadores que cada año acudían a su puesto de trabajo a esta fábrica, hasta el inicio del declive industrial. En la actualidad, la plantilla fija de Solvay no llega a 400 personas. El hecho de que las que fueron las 'fabriconas' hasta la década de los años 70 del pasado siglo, no reúnan actualmente ni siquiera el millar de puestos de trabajo, hace volver la vista a tres entidades, actualmente máximos empleadores en Torrelavega.
El grupo empresarial creado por la familia Álvarez-Ribalaygua da trabajo directo a una media de 1.000 personas (con las pequeñas fluctuaciones que pueden producirse). Le sigue la Fundación San José, el querido Asilo, que emplea a 600 personas –con la particularidad de que la inmensa mayoría son mujeres–, algunos de cuales con alguna discapacidad. En tercer lugar, el Ayuntamiento de Torrelavega, que paga su sueldo mensual a 450 funcionarios. Exceptuando el caso de la institución municipal, 1.600 personas acuden cada mañana a su trabajo en la empresa fundada por Armando Álvarez Villanueva en la década de los años 50 del pasado siglo, y a la entidad benéfica que creara en la segunda mitad del siglo XIX, el párroco Ceferino Calderón, recibiendo puntualmente su salario. Sería interesante, pues, saber la protección que reciben por parte del Ayuntamiento al margen de alguna palmada de ánimo en la espalda.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.