Secciones
Servicios
Destacamos
Hace unas semanas, los ciudadanos fueron informados por el Ayuntamiento de que un edificio de propiedad municipal estaba siendo utilizado, sin pagar renta ni mediar contrato, por los ocupantes de dos viviendas y de un local comercial, explotado como bar, junto al corro de la ... Peña Bolística, en la plaza Baldomero Iglesias. El inmueble fue sede del primer ayuntamiento en el siglo XIX, también de la Escuela de Artes y Oficios hasta los años 50, y emplazamiento del Cuerpo de Bomberos cuando en la década de los 60 del siglo XX fueron trasladados desde su primitiva ubicación junto al edificio de Correos. En 1976, durante el mandato del alcalde socialista Manuel Teira, el inmueble fue adquirido por el Ayuntamiento, pasando a ser de propiedad pública.
Explican desde el Consistorio que no existe en los archivos municipales prueba contractual alguna que les ligue a los ocupantes, por lo que en consecuencia, habría que colegir que han sido explotados bienes públicos por privados desde hace, al menos, 48 años. Se ha sabido por la misma fuente –la Alcaldía– que el Ayuntamiento ordenó el desalojo del inmueble «por deterioro palpable y riesgo» para las personas y las cosas tras un informe del jefe municipal de Obras de septiembre pasado, recomendando el «urgente desalojo» del mismo y el cierre perimetral para evitar posibles daños personales.
El propio alcalde detalló que en varias ocasiones se había pedido a los ocupantes del local y del piso su salida, «verbalmente y por escrito», sin haber obtenido una respuesta positiva, según informaba puntualmente este mismo periódico. Independientemente de que el final de este litigio, seguramente se verá en los tribunales de Justicia, existe una responsabilidad política ante los ciudadanos por parte de los mandatarios y las corporaciones que desde 1979 han permitido este estado de cosas: Manuel Teira, Manuel Rotella, José Gutiérrez Portilla, Blanca Rosa Gómez Morante, Javier López Marcano, Ildefonso Calderón, Lidia Ruiz Salmón, José Manuel Cruz Viadero y ahora López Estrada, a quien parece que le va a tocar deshacer el entuerto obviado por sus antecesores.
La pregunta le sale sola a los pacientes ciudadanos de este territorio: ¿Cómo nadie se ha dado cuenta en casi medio siglo de que un bien público estaba siendo utilizado para un negocio?. Y si lo sabían, ¿por qué se ha permitido?, y una vez que lo constatan, ¿cómo autorizan que se reabra durante unos días a pesar de esgrimir un informe de los técnicos advirtiendo de la peligrosidad? Durante medio siglo ha existido negligencia en políticos y técnicos en el deber público por no cumplir con las responsabilidades patrimoniales que le han sido asignadas, lo que, a su vez, puede generar desconfianza ante una inacción prolongada. Nadie es perfecto pero, al menos, deberíamos procurar más acción y establecer la responsabilidad como respuesta a la apatía.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.