Menú del día en el mercadillo electoral

Además del festival de pisos, hipotecas 'low cost' y viajes subvencionados, ha habido en la historia reciente promesas electorales de tal calibre que, si no fuera por nuestro acendrado sentido del humor, podrían resultar ofensivas. Más Madrid, por ejemplo, propone instalar a los camareros un tacógrafo para que no les hagan trabajar más horas de las contratadas. En 2015, la CUP, prometió reconocer los sentimientos de los animales. El candidato de Getafe por el PP regaló bolsas conteniendo un preservativo con el texto 'Sensibilidad y eficacia'. El aspirante socialista a regidor de Meruelo señaló a sus oponentes con el lema-meme 'Soy mejor que tú, y lo sabes', desnudo, y tapando, a popa y a proa, sus pudibundas partes con un floripondio.

El de Bildu, en Navarra, propuso poner ovejas a pastar en un parque público para abaratar los costes del segado. La alcaldesa de Barcelona en Comú aseguró que acuñaría moneda en la ciudad. Son algunos ejemplos. Pero nadie mejor que los políticos mexicanos. Un diputado del PRI certificó que cortaría las manos a los gobernantes corruptos y otro, del PDR, que daría 60.000 servicios funerarios gratis. Son inasequibles al desaliento: «El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago». Woody Allen dixit.