Secciones
Servicios
Destacamos
Hace unas semanas, un tiempo antes emprender las celebérrimas jornadas de tierna reflexión político-amorosa, el presidente del Gobierno, por cierto, muy dado a gestos epatantes –y con propensión a ensombrecer, por insoportable, verse superado por la enorme figura moral y física de don Felipe– ... logró ensombrecer la importancia del otorgamiento del Premio Cervantes a Luis Mateo Díez, recibiendo al jefe del Estado con las manos en los bolsillos de su chaqué. Pruebas hay de ello como para preocuparse. El año pasado, en la apertura de las Cortes Generales, Sánchez se ajustaba los pantalones en el Salón de los Pasos Perdidos, ante su majestad. En 2022, durante la inauguración del AVE a Murcia, se puso delante del monarca en la comitiva oficial. En 2018, en el acto del Palacio Real por la celebración del Día de la Hispanidad, y cuando los reyes se disponían a recibir el saludo de las autoridades, hubo que advertir a la pareja presidencial de que no podían protagonizar el besamanos, por lo que debían seguir el camino del resto de los invitados.
Ese mismo día, para evitar escuchar los silbidos de algunos ciudadanos, ideó una triquiñuela: retrasó su llegada para hacerla coincidir con la de los Reyes, por lo que don Felipe y doña Letizia tuvieron que esperar dentro del coche oficial a que el presidente hiciera su aparición. Posiblemente haya sido casualidad, quizás despiste, falta de información, de formación o sencillamente meditados guiños antimonárquicos para sus seguidores republicanos.Lo cierto es que las manos en los bolsillos del presidente se hicieron virales, tuvieron un indeseado reflejo fuera de nuestras fronteras –para demérito propio y del país que representa–. Pero no es solo una costumbre exclusiva del presidente ya que también está arraigada en algunos de los políticos locales y regionales. En la hemeroteca de los fotoperiodistas tienen cumplida información de ello.
Dicen los especialistas en el lenguaje corporal que, en general, meterse las manos en los bolsillos denota mala educación, indiferencia, e incluso, el 'mensaje' de que te importa un bledo lo que está ocurriendo a tu alrededor (siempre hablando del inopinado metalenguaje político), y en todo caso, una falta de estilo, una muestra de personas atorrantes, vocablo muy utilizado en Iberoamérica y que a la postre resulta menos molesto que el hispano, aunque en todo caso comparten la significación: de vagos. La norma de mantener las manos fuera de los bolsillos forma parte de los principios básicos de protocolo secular. Es más, esta regla de etiqueta ya era costumbre en la alta sociedad británica, donde, a la hora de confeccionar un chaqué a medida, el sastre cosía los bolsillos para evitar el riesgo. «Solo recuerda: no puedes subir la escalera del éxito con las manos en los bolsillos», dicen que dijo Schwarzenegger.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.