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Saber quién será el próximo alcalde o qué equipo gestionará esta ciudad hasta 2027 se asimila a cocinar un guiso casero elaborado en cocina de ... leña, sin sofisticaciones. Los votantes han dejado unos mimbres para reducidos diseños. Recapitulemos: 7 concejales el PP, 6 el PRC, 6 el PSOE, 2 Vox, 2 Gómez Morante y 2 Izquierda Unida-Podemos.
Las combinaciones no son excesivamente complicadas. Si se coaligaran los votos más conservadores, PP-Vox, darían como resultado 9 ediles, cuando la mayoría absoluta está en 13. No vale. Si se les uniera Gómez Morante, reunirían 11. Tampoco llegan. Así que al PP solo le quedaría una opción posible, aunque poco probable: un pacto PP-PRC daría sobradamente para gobernar Torrelavega. Sobre quién sería el hipotético alcalde, hay que recordar que los populares llegan reforzados aquí y en Cantabria y los regionalistas, de capa caída. Esta es la única opción de gobierno que le queda al PP a pesar de haber ganado holgadamente en número de votos.
Segundo menú. Revalidar la coalición PRC-PSOE, 12 concejales, tampoco llegan, así que tendrían que buscar el voto que les hace falta. Descartado Vox, hay dos posibilidades: Gómez Morante o IU-Podemos. Aquí tampoco la opción de alcaldable queda muy clara. El PSOE, quien menos ascos haría a una coalición con IU, tendría que convencer al PRC para aceptar este acuerdo (tampoco pondría muchos reparos si con ello se asegura ocupar la alcaldía) porque ni socialistas ni regionalistas están para remilgos: ya no cuentan con el favor, la fuerza y la coacción que provenía del Parlamento de Cantabria, en otras palabras, ya no tienen cromos que intercambiarse. Urraca podría exhibir un poco de músculo ante López Estrada porque su partido, al menos, ha salvado los muebles en las regionales frente a la debacle regionalista, y podría contar con Sánchez hasta el 23J para conseguir algún decretazo que favoreciera a Torrelavega. Este hipotético caso es posible y probable, Urraca se impondría como alcalde, muy a pesar de López Estrada que, enrocado en los días de vinos y rosas, solo se ve como caporal de Torrelavega. Las armas coercitivas de López Estrada se han esfumado: dinero de consejerías, direcciones generales, Jubileo, La Lechera…
El tercer menú contentaría un más a tirios y troyanos: PRC-PSOE-Blanca Rosa. Aquí está una de las claves. No olvidemos que la que fuera alcaldesa fue expulsada sin miramientos del PSOE por no apoyar la moción de censura que su partido infligió a Calderón (PP) arrebatándole la alcaldía de Torrelavega; pero aún huele a perfume socialista. No revolvería a los populares, ahora primera fuerza de oposición. Cambiar no siempre equivale a mejorar, pero para mejorar, hay que cambiar.
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Ana del Castillo
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