Borrar

Como he contado otras veces, al venirme a vivir de Madrid a Santander sabía perfectamente las ventajas y las desventajas. Entre las primeras, el mar y la montaña cerca, buena gastronomía, otro ritmo de vida más pausado, un ocio diferente, buena gente... en definitiva, lo ... que se llama calidad de vida. Y entre las desventajas, las regulares comunicaciones a otras ciudades y por supuesto, la famosa lluvia cuando toca muchos días seguidos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes No la ves, pero está ahí