Nochebuena constitucional

-Pero es Navidad y tú lo vas a dejar ahí, ¿verdad? -me dice el gato Boris mientras se despereza y vuelve a clavar las uñas en la alfombra.

-Pues sí, ya me conoces. Sobre lo de que llevamos veinte años de bla bla bla y aún no se han recuperado apenas restos para entregar a las familias trataremos otro día.

-Creía que hoy me ibas a dar la lata con el Tribunal Constitucional -deja caer con malicia mientras se lava la cara con las manos.

-¿A ti te parece normal que se hable de los magistrados como si fueran miembros de las ejecutivas nacionales de los partidos políticos? Es decir, ¿esa gente togada nos va a juzgar siguiendo un programa electoral de partido o directrices por WhatsApp o con un fanatismo ideológico? ¿Cómo podemos aceptar ese lenguaje?

-Mira -me responde-, este periódico está conforme con la sentencia y dice que la aprobó «el Tribunal Constitucional»; este otro anda en desacuerdo y dice que la aprobó «el bloque conservador».

-A eso te voy. Un «bloque conservador» no es nadie institucionalmente, no existe. Si no, también podríamos decir que una ley no la aprobó «el Congreso», sino «el bloque progresista» del mismo. Pero ni los bloques progresistas legislan, porque lo hacen las cámaras, ni los bloques conservadores sentencian, porque lo hace el tribunal. Y tengo muy claro desde hace décadas, respecto del Tribunal Constitucional, que sus resoluciones suelen estar mucho mejor argumentadas que las del Gobierno. Y por una sencilla razón: los gobiernos siempre tienen alguna urgencia inmediata, mientras que los magistrados piensan que sientan jurisprudencia que afecta a derechos fundamentales.

-Pero algunos tienen el mandato caducado -Boris empieza a liarse con un ovillo.

-También cuando acaba la legislatura ha caducado el mandato y no por eso se van a casa el Gobierno ni todos los diputados. Queda el Gobierno en funciones para gestión ordinaria y la Diputación Permanente para casos necesarios e inaplazables. Y si no se forma gobierno después, como ocurrió en 2019, puede ser una situación de mucho tiempo. Es absurdo decir que un cargo público se tiene que ir sin que se haya elegido al sucesor. Los magistrados salientes se irán cuando otros entren a tomar posesión. Porque si no, sería como si hubiesen fallecido y se hubiera dejado vacía su silla. ¿Normalidad institucional?

-A mí el bloque que me encanta no es ni conservador ni progresista, es el de foie-gras -salta al sofá y se acerca ronroneando.

-Tú serías un buen constitucionalista, Boris. Te da igual que el ratón jurídico sea conservador o progresista, te centras en la tarea de cazarlo.

-Ya te advierto que no me importaría ser de algún bloque, si me ofreciesen foie-gras -responde rápido.

-Pero ese es el problema, justamente, gato bobo, que al final lo de conservador o progresista es solo el modo en que cada uno llama a su foie-gras. El foie-gras acaba siendo el Partido Único.

-Me has llamado bobo.

-Cariñosamente.

-Eso de «cariñosamente» lo determinará la prueba pericial.

-¿Cómo?

-Estoy dispuesto a defender mis principios hasta las últimas consecuencias.

-Ya veo.

-Pero si hay foie-gras...

-Sí que vas a valer al final para 'bloquero', lástima que no terminases Leyes.

-Lo que me extraña -dice bostezando- es que, de todos los que estábamos en el bar de la Facultad mañana y tarde 'estudiando' el 'manual' de Heraclio Fournier, el único que no ha llegado a alto cargo he sido yo.

-Para eso se requiere una mala memoria de la que careces, Boris. Feliz Nochebuena para tus lectoras y lectores.