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A la hora de enfrentarnos a los virus, nos encontramos con un problema de difícil solución: su excepcional capacidad para eludir el sistema inmunológico del cuerpo y causar enfermedades. La mayoría de las personas se recuperan de una infección viral, y ahí tenemos el ... ejemplo de la gripe para demostrarlo; pero a veces la situación puede ser crítica, como ha pasado con el SIDA, el ébola o la actual pandemia de COVID-19, que demuestran lo peligrosos que pueden ser los virus cuando no hay una vacuna o un tratamiento eficaz.
Por eso hay que celebrar que aparezcan estudios como el que ha publicado el Journal of Experimental Medicine, que recoge los resultados de una investigación conjunta de la Universidad de Aarhus, la Universidad de Oxford y la Universidad de Gotemburgo, dirigida por el virólogo Soren Riis Paludan. En este estudio, los investigadores han realizado un trabajo exhaustivo buscando la forma en que el virus del herpes simple evita el sistema inmunológico para causar infecciones del cerebro. Se trata de una infección poco frecuente, pero que tiene una alta tasa de mortalidad entre los afectados.
El equipo dirigido por Paludan ha conseguido un importante hallazgo: el virus del herpes simple libera una proteína, denominada VP1-2, al penetrar en las células. Esta proteína es capaz de inhibir una proteína en las células, conocida como STING, que se activa cuando hay una amenaza. Además, cuando se inhibe STING, el sistema inmunológico del cuerpo también se inhibe, ya que es la encargada de poner en marcha la fabricación de interferones de tipo 1, que impiden la multiplicación viral. El virus, por lo tanto, consigue ponerle freno a la respuesta inmune, la herramienta del organismo que debería evitar que enfermemos. Más interesante aún, hay paralelismos con el coronavirus; aunque el estudio se centra en el virus del herpes, curiosamente, la misma proteína también es inhibida por muchos virus diferentes, incluyendo el SARS-CoV-2.
Como colofón, los investigadores encontraron la forma de eliminar la proteína VP1-2 del virus del herpes simple, lo que permitió que el sistema inmune hiciera su trabajo. Las células lograron reconocer el virus como una amenaza, alertaron al sistema inmune y evitaron que se replicara. Este descubrimiento nos abre la puerta para desarrollar una nueva vía en los tratamientos no sólo del herpes, sino también del coronavirus y, en general, de todos los virus que utilicen tácticas similares.
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