Octubre, otoño...

Muchos me preguntaban por este 'Soportal'. Algunos lo leerían, otros sentirían no poder criticarlo... En fin, regresa de vacaciones, unas largas vacaciones como las de antes, que al final hasta nos han permitido ir unos días a Londres. No habíamos vuelto desde poco antes de ... la pandemia, y tras aquella 'pompa y circunstancia' que con detalle vimos televisada todo sigue igual a pesar del 'Brexit'. No quiero decir que este Occidente globalizado sea una patera, como comentaba -sin racismo alguno- un buen amigo y colega, es que por las céntricas calles londinenses es manifiesto el creciente predominio del exotismo arábigo. Vamos, como aquí, con la diferencia de que las mujeres musulmanas de Torrelavega, en su mayoría, llevan un simple pañuelo en la cabeza y hasta visitan al ginecólogo. Mucho más complicado lo tienen las que con burka o niqab, en rebañito por Oxford Street, van detrás del marido, este con vestimenta europea. Eso sí, estas son asiduas clientes de las fastuosas joyerías de Regent Street, Old Bond Street... Nuestras árabes locales, afortunadamente, son más del supermercado y de educar a sus hijos. Estamos en todas partes: «¡Vaya, de Torrelavega!»; así nos sorprendió el saludo espontáneo y amable de una torrelaveguense cerca de Selfridges. Experimentamos también una huelga ferroviaria, con el consiguiente desconcierto, cuando visitamos el Palacio de Windsor, pero estamos tan globalizados que te entienden aunque tu inglés no sea precisamente de Eton. Además, al ofrecerte un servicio es muy frecuente escucharlo en español, no así en vascuence, ni en catalán con todos sus porcentajes, y ni en gallego, a pesar del 'bilingüismo cordial'. Octubre, otoño... Recuerdos de cursos que comienzan y de buenos propósitos: necesidad de cambiar para progresar. Me temo que tras el paréntesis veraniego no piensan así todos los políticos. Algunos lo intentan, otros están persuadidos de tener la exclusividad del progreso: hacen artículos de fe con sus propias mentiras. Así vamos.