Contradicción

El año pasado la precipitación de Revilla por socorrer a Buruaga le llevó a firmar sin leer la letra pequeña de la subida del 20% del sueldo de presidenta y consejeros que finalmente se rebajó por la incomodidad del regionalista. En esta ocasión el apoyo es más contradictorio con su teórico papel de oposición, ya que el propio firmante reconoce que no se ha cumplido lo que se rubricó el año pasado.

Esta vez, el Gobierno cántabro que reiteradamente predica que no hay que intervenir en el mercado del alquiler lo hace, a favor de los rentistas, y anuncia una deducción fiscal de 500 euros para los propietarios que alquilen sus pisos por menos de 1.000 euros. Un precio «razonable» -considera la presidenta- «para las zonas más caras y con más presión como Santander». Una percepción ciertamente optimista del concepto «razonable» cuando el salario mínimo es de 1.134 euros y el salario medio en Cantabria 1.759 euros al mes. La desproporción es evidente, pero su política es hacer que los propietarios de pisos ganen todavía más eximiéndoles de pagar impuestos, bonificando la especulación –el listón mileurista está muy alto- para incentivar que se animen a alquilar sus pisos vacíos y que se les quite el miedo a los okupas que les mete el propio gobierno, con recurrente empecinamiento. A pesar de este año solo se han presentado dos denuncias por ese motivo.

El argumento del Gobierno cántabro incurre en una evidente contradicción. Si dicen que el problema es que los propietarios de pisos vacíos tienen miedo a la ocupación y a los morosos ¿no les parece 'razonable' pensar que tampoco se van a animar a alquilar aunque les salga más barato fiscalmente?