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El lápiz de Penelope

Los dos polos

Olga Agüero

Santander

Martes, 2 de enero 2024, 07:11

Si la guerra contra las personas que viven en Gaza no fuese una derrota tan miserablemente cruel y brutal para la humanidad, sería un chiste ... de Gila la estrategia israelí cuyos servicios secretos llaman a diario por teléfono -¿es la guerra?- a habitantes de la franja para recabar información sobre Hamas. Pero lo más desasosegante es que ante un conflicto de esta feroz dimensión sanguinaria haya quienes disputen a los gazatíes su condición de víctimas, a personas asediadas y bombardeadas en una cárcel al aire libre de la que no pueden salir. Pese a la descomunal evidencia hay quienes simplifican un conflicto con tantas aristas y lo convierten en una tensión de buenos y malos justificando que Israel sacrifique a diario vidas palestinas por estar en manos de Hamas. Es la evidencia de una sociedad fanática que obliga a elegir constantemente un extremo, sin basarse en racionalidad alguna sino en simple animadversión u odio a lo contrario. No extraña, así, que polarización sea la palabra del año para la Fundación del Español Urgente. Un extremismo ciego que aplaude que el fin justifica los medios. La intransigencia y la obstinación parecen haberse convertido en combustible vital de una sociedad incapaz de cambiar o atemperar una opinión simplemente porque rechaza a quien sostiene la contraria a la suya. Dos epicentros polares dividen categóricamente cualquier cuestión: feminismo, inmigración o cambio climático. El fanatismo futbolero ha saltado a las arenas políticas y mediáticas. En el terreno ideológico se secuestran las emociones -a menudo sostenidas en falacias, falsos dilemas y falsedades- para agitar el enfrentamiento. El adjetivo terrorista, por ejemplo, ya se aplica a cualquiera que no comulgue con determinado credo.

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