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Cuando en Cantabria se presenta el otoño llega el espectáculo de la berrea que casualmente coincide con el inicio del debate parlamentario. Este año en ambos foros parecen haberse excitado los ánimos con similar instinto, a juzgar por el desarrollo de un debate huérfano de ... las debidas cualidades por el alcanfor revanchista de algunas intervenciones.
Si los primeros cien días de un Gobierno marcan el rumbo de aires nuevos, vayan ustedes renunciando a la esperanza, porque en lugar de gobernar hacia delante se está haciendo hacia atrás. Al parecer, una de las cuestiones más determinantes para el futuro de nuestra comunidad es esa primera decisión que se tomó la semana pasada: pedir que se derogue la Ley de Memoria Histórica. Es un alivio pensar que no hay asuntos más urgentes ni prioritarios en Cantabria que ahora ostenta el controvertido honor de ser la primera en atacar este tipo de cuestiones sin que ni siquiera esté Vox dentro del Gobierno. Una ecuación inexplicable y un papelón para los regionalistas que justificaron hacer presidenta a Buruaga para protegernos de las delirantes condiciones –como esta– de la ultraderecha.
Ya se había sentado precedente con el rechazo al centro de refugiados en unos preocupantes términos también más propios de Vox: están mejor lejos de nosotros. La dialéctica de quienes ahora nos gobiernan apesta a naftalina. Dicen que la ley a abolir solo favorece a las víctimas de un lado. Pero donde ellos ven dos bandos enfrentados, la mayoría de la sociedad ya solo vemos personas.
De hecho, la primera iniciativa de los impulsores de la ley, la pasada legislatura, fue rescatar los restos de uno de los que ellos –los abolicionistas– consideran suyo: Eloy Campillo, presuntamente asesinado por los guerrilleros antifranquistas. Pero la verdad perjudica el discurso de odio que propagan, así que no esperen ustedes que la reconozcan.
En cualquier caso, ya hemos depurado Cantabria de futuros refugiados y hemos impedido sacar a nuestros familiares muertos de las cunetas. Y en esta deshumanizada orilla algunos tristemente ya respiran mejor.
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