Secciones
Servicios
Destacamos
Últimamente fascinan los neologismos en inglés para bautizar y adornar iniciativas con frecuencia generosamente abstractas. Lo mismo llamamos fakenews a los bulos, 'turborrotondas' a una ... glorieta grande e inútil, o 'Smart city' a no se sabe muy bien qué, cuando diez años más tarde y miles de sensores después no hemos percibido realmente para qué sirve. Quizá en Japón sepan de qué color llevamos los calcetines, pero aquí ni siquiera logramos que funcione a diario el panel de las paradas del autobús.
Ahora nos comunican que tenemos que instalar más cacharros: veinte cámaras para controlar el acceso de los vehículos contaminantes a Santander para la futura Zona de Bajas Emisiones, cuando hace seis años ya se colocaron otras 41, se desconoce si con alguna utilidad actual, a cuenta del fracasado Metrotus –otra fantasía léxica– para vigilar el carril bus, que hacían lo mismo que las nuevas: leer las matrículas de los vehículos. Inquietante Gran Hermano local.
Lo cierto es que nos prometieron que la ciudad se iba a gobernar con tal inteligencia que hasta los contenedores de basura avisarían por sí solos cuando estuviesen llenos. No solo no hemos recibido ningún aviso, sino que se han estado desbordando desde hace tiempo con aparente indiferencia no solo de la 'Smart city', sino también de sus impulsores. Así que –entre medias- pidieron ayuda con otro experimento llamado 'Smart City Brain' que, para resumir, consistía en que los ciudadanos sugiriésemos qué hacer. Una enternecedora reivindicación local de la IH, la inteligencia humana.
Después de estas experiencias nuestras autoridades han anunciado que hay que establecer nuevas conexiones con el planeta fábula. Así, insatisfechos con el primer fiasco, nos comunican que arranca una nueva 'Smartgaita': el proyecto 'Smart citizen' que trata de socializar la tecnología «facilitando el diálogo de los santanderinos con su Ayuntamiento». Para ello han instalado nuevos cachivaches en las calles para recargar las tarjetas del TUS, sin haber retirado los anteriores que no funcionan. Pues bien, los 'espacios tecnológicos' –en lenguaje oficial– se han oxidado antes de entrar en funcionamiento y ha habido que retirarlos. Metafórica rebelión de las 'Smartgaitas'. Regresamos del futuro.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.