Una oportunidad al consenso
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Los grupos del Gobierno PRC/PSOE y de la oposición muestran un alto grado de acuerdo para combatir la crisis, pero las buenas intenciones necesitan recursos para ser eficacesU na oportunidad al consenso. En su regreso al Parlamento, mitad presencial, mitad telemático, los grupos políticos del Gobierno y de la oposición demuestran una ... saludable predisposición al acuerdo para combatir los efectos de la pandemia que contrasta con la crispación que se ha disparado en la política nacional. Las buenas intenciones deben consolidarse en el tiempo y sobre todo necesitan abundantes recursos para ser eficaces en una crisis que va para largo.
La comisión parlamentaria del Covid-19 ha debatido durante cinco semanas sobre los capítulos sanitarios y socioeconómicos de la pandemia en Cantabria con presencia de todos los sectores implicados y un espíritu general constructivo que no han empañado los escasos rifirrafes, como el del consejero de Sanidad a cuenta de la gestión en las residencias de mayores.
Al final del debate previo, 183 propuestas -dos tercios presentadas por los partidos opositores y el resto por la coalición PRC/PSOE-, y un alto grado de consenso en las conclusiones aprobadas, un 75% del total.
El Gobierno regional, que cuenta con una holgada mayoría parlamentaria -21 de los 35 escaños- ha tenido la sensibilidad de mostrarse receptivo a las aportaciones de PP, de Ciudadanos, e incluso de Vox, y la oposición ha correspondido con el mismo talante colaborador. Al tiempo, los cinco grupos de la Cámara han firmado propuestas legislativas unánimes de ayuda a los trabajadores afectados por ERTE, a los autónomos y pequeñas empresas.
Justo es saludar la buena voluntad de las fuerzas políticas cántabras de fomentar la cohesión a la hora de enfrentar los efectos socioeconómicos de la pandemia en una iniciativa pionera en España. Nada que ver, por ejemplo, con el clima de confrontación en el que se sumergen cada vez más el Gobierno de Pedro Sánchez y la práctica totalidad de las formaciones con representación en las Cortes. La Comisión de Reconstrucción, constituida en el Congreso bajo la presidencia de un viejo rival de Pedro Sánchez, el insumergible Patxi López, no ha registrado avance alguno en medio de la bronca, la desconfianza y el escepticismo de los partidos.
Ahora hace falta que las buenas intenciones del consenso se consoliden en el tiempo y se materialicen a través de medidas eficaces con soporte económico. Mejorar los recursos de la sanidad ante un eventual rebrote de la pandemia, prestar ayuda a la industria en peligro, con el susto de Nissan que cierra en Barcelona pero de momento sigue operativa en Los Corrales, a los autónomos, a los parados y a la dependencia, promover la obra pública, promocionar el turismo y un largo etcétera de voluntariosas iniciativas que proponen los grupos que requiere mucho más dinero del que Cantabria dispone a día de hoy. Más adelante, ya se verá.
A un mes vista espera en el Parlamento el Debate sobre el Estado de la Región, que tendrá como eje casi monotemático la pandemia y sus temibles efectos. Entre las ideas que maneja el presidente Revilla figura el ofrecimiento a las fuerzas políticas de un gran acuerdo para llevar adelante los Presupuestos de Cantabria 2021 absolutamente enfocados a paliar la crisis, con los escasos medios propios, con los fondos de Estado y con la cuota que corresponda de los 140.000 millones que la Unión Europea destinará a España, y con un endeudamiento razonable.
El consenso político regional tiene sus riesgos e incomodidades. Por ejemplo, para el PSOE, porque el clima de entendimiento en buena medida lleva implícita la impugnación de la gestión del Gobierno Sánchez en esta crisis. Así se ha puesto en evidencia durante el debate parlamentario con severas críticas al Ejecutivo central y con propuestas que le exigen revelar las identidades del comité de expertos que decide los ritmos de desescalada o que destine más dinero a Cantabria, lo cual ha provocado que en un par de casos PRC y PSOE hayan votado distinto.
Así que los socialistas se saben bastante solos y se fían sólo lo justo, o menos, de los buenos propósitos políticos del socio regionalista y de los adversarios: del PRC de Revilla que a cada rato pone a parir al mando único de Madrid; del PP, tan crítico con Sánchez y tan comprensivo con Revilla; de Ciudadanos, que tampoco se corta en sus diatribas contra Sánchez e Iglesias; y de Vox, que quiere tomar la calle para tumbar al Gobierno progresista.
El PSOE de Pablo Zuloaga permanece a la expectativa mientras busca el equilibrio entre el respeto debido al Gobierno Sánchez y la reivindicación al Estado para que otorgue un trato más justo a Cantabria, en la misma línea de otros barones socialistas con mando en plaza insatisfechos de la atención que les dispensa Madrid. Con independencia de los beneficios que aporte la política de consenso, Zuloaga cree que la prioridad del Gobierno regional, y en ello está, es agilizar de aquí al verano la licitación de proyectos de inversión y subvenciones del Gobierno y poner al día la ejecución de los Presupuestos 2020 en curso muy ralentizada por la pandemia.
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