Orgullosos de nuestra familia

Somos un sector que ha resurgido con fuerza tras la tempestad. Y lo hemos conseguido gracias a las buenas ideas de los empresarios, al quehacer diario, a la apuesta por la creatividad, la calidad y el trabajo bien hecho.

Pero no nos engañemos. Tenemos que seguir trabajando para superar el bache vivido y continuar por esta senda. Y la clave para lograrlo está en nuestras manos, en nuestro trabajo, esfuerzo y sacrificio. Nadie va a servir las mesas por nosotros, ni a tirar por nosotros las cañas y tampoco nadie va a cocinar los platos que ofrecemos en nuestros bares y restaurantes, nadie va a atender a nuestros clientes por nosotros. Ese es nuestro trabajo. Somos nosotros, los empresarios, quienes trabajamos para sacar lo mejor de nuestros negocios y ofrecérselo a nuestros clientes.

En Cantabria lo estamos haciendo bien. Pero nunca es suficiente. De cara al próximo año tenemos que ponernos las pilas, tenemos que dar más de nuestra esencia, más de nuestro carisma y más de nuestra gran pasión, la hostelería.

El tiempo acompaña y eso se ha dejado notar. Se habla de un buen mes de julio en cuanto a visitantes y el mes de agosto augura gran afluencia de turistas. Nuestra familia, es la que ahora tiene que dar el mil por mil para que toda esta gente que ha venido y vendrá se quede con tan buen sabor de boca que quiera repetir.

Ese es nuestro trabajo, esa es nuestra esencia y nuestra huella en la gente que se acerca a conocer nuestra región. Que sepan que aquí tienen su casa, que aquí les vamos a tratar como la gran familia que somos. Nosotros, los hosteleros, seremos su pulmón y haremos que todo fluya para que puedan disfrutar de su estancia. Y así es como conseguiremos que esto continúe y crezca.

Pero, como decía al principio, es de bien nacido ser agradecido y repito que los hosteleros de Cantabria, la gran familia de la que participamos, somos los profesionales y nos toca apostar por la calidad, por la atención, por la innovación y la diferenciación para crecer porque el futuro no tiene límite. Y los hosteleros debemos poner nuestro límite en el cielo. Así que sólo quiero expresar mi gratitud y mi orgullo hacia todos vosotros, mi gran familia hostelera.