Absentismo: ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Cantabria experimenta una tendencia negativa que se mantiene en el absentismo laboral. A pesar de mantener índices estables y razonables en accidentes de trabajo, la región se encuentra en una posición desfavorable en cuanto a contingencia común. Cantabria padece los mayores índices de absentismo laboral de España en torno al 7% junto con Canarias, Murcia y País Vasco. El absentismo laboral en la industria de Cantabria, con más de un 9%, bate récords y lastra la productividad. Las consecuencias son que el impacto económico del absentismo supera el 2,5 % del PIB en Cantabria, mientras que en España no llega al 2%.

 Aunque el absentismo por covid-19 fue muy alto en su momento, luego disminuyó significativamente. Sin embargo, se observó un incremento notable del absentismo por contingencia común. Este tipo de contingencia representa el mayor volumen de jornadas perdidas, con un coste muy elevado para Cantabria y sus empresas. Además, se observa un aumento significativo en los procesos de más de 180 días, lo que sugiere un desafío continuo en la gestión del absentismo.

Los sectores más afectados por las jornadas perdidas son la metalurgia, la asistencia en establecimientos residenciales y los servicios a edificios y actividades de jardinería.

Los datos anteriores reflejan la necesidad de medidas efectivas para abordar el absentismo laboral en Cantabria y promover un entorno laboral más saludable y productivo. Las causas de este elevado índice de absentismo hay que buscarlas principalmente en los médicos de Atención primaria como responsables de la iniciación de la baja y en las mutuas que tienen competencias en el control del seguimiento.