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El mes de agosto ha llegado a su fin con el dato de inflación para España del 2,4% y para la Unión Europea (UE) del 5,4%. España ha tenido la inflación más baja de todos los miembros de la Unión Europea. Parece que ... España está haciendo los deberes mientras que otros países no. Cumplir las previsiones del Banco de España de una inflación media en el año 2023 del 3,2%, con un ligero repunte por la retirada de apoyos fiscales en el año 2024 al 3,6%, y un descenso importante al 1,8% para el 2025, parece alcanzable.
Una evolución de la inflación baja puede ser interpretada de diversas formas, ya que puede señalar estabilidad económica o, en algunos casos, indicar problemas subyacentes como está ocurriendo en estos momentos en China. En el contexto actual para España y el resto de países de la Unión Europea baja inflación proporciona estabilidad.
Uno de los efectos inmediatos de una inflación baja es que los consumidores pueden disfrutar de un mayor poder adquisitivo. Además, una inflación baja puede llevar al Banco Central Europeo (BCE) a decidir que el tipo de interés no suba más allá del 4,5% al acabar este año y que incluso en un par de años pueda descender. Es decir, se facilita volver a adoptar políticas monetarias más expansivas para estimular la economía. Incluso puede tener implicaciones positivas no solo para los consumidores sino también en los mercados financieros y la inversión a largo plazo.
Es importante continuar con medidas adecuadas para mantener un equilibrio saludable en la economía española y europea en su conjunto.
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