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A lo largo de las últimas dos décadas, España ha experimentado una marcada brecha negativa en su productividad respecto a los otros países europeos. Este ... fenómeno ha captado la atención de economistas, líderes empresariales y responsables de políticas. Desde el cambio de milenio hasta el año 2023, las cifras indican siempre una tendencia por debajo de la media europea planteando interrogantes sobre las causas subyacentes y las posibles soluciones. Existen varios factores para explicar este descenso. Uno de los factores clave que podría haber contribuido a la disminución de la productividad es la crisis financiera global de 2008. Esta recesión tuvo un impacto duradero en la economía española, afectando la inversión, la confianza empresarial y la capacidad de innovación. Las empresas españolas han tenido dificultades para recuperarse y reinvertir en procesos más eficientes. Otros factores político-laborales y educativos también han influido en el rendimiento económico del país. Las reformas laborales que afectan a las condiciones de empleo, así como la calidad y relevancia de la educación, desempeñan un papel crucial en la capacidad de la fuerza laboral para mantener y mejorar la productividad. Finalmente, existen factores tecnológicos y de digitalización. En un mundo cada vez más digital, la falta de inversión y adopción de tecnologías innovadoras impacta negativamente en la productividad. Las empresas españolas que no han seguido el ritmo de la transformación digital pueden encontrarse rezagadas en eficiencia y competitividad.

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