La subida del salario mínimo

Uno de los debates clásicos de la Ciencia Económica, que resurge ahora en España con la revisión al alza el salario mínimo interprofesional (SMI), es si la subida del SMI aumenta o no el desempleo. Quienes se oponen a la subida del SMI, argumentan que ... tal subida está por encima de la que fija el mercado de trabajo y que acaba expulsando siempre a los trabajadores más desfavorecidos, especialmente los jóvenes. Pues bien, David Card, profesor de la Universidad de California en Berkeley, a quien la Real Academia de las Ciencias de Suecia ha galardonado con el premio Nobel de Economía de 2021 por sus «contribuciones empíricas a la economía laboral», contradijo esta teoría en uno de los estudios que le han valido el prestigioso reconocimiento. Card estudió las consecuencias de la subida del salario mínimo en Nueva Jersey sobre los trabajadores en ese estado y en las zonas limítrofes de la vecina Pensilvania. En el documento, presenta evidencia empírica de que las subidas del salario mínimo no generan desempleo. En línea con la evidencia empírica anterior, países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) han subido sus salarios mínimos. España es el segundo país de la OCDE que más ha subido el SMI: un 36%, desde los 735 euros, al inicio de la legislatura, a los 1.080 euros al mes. Mejorar las condiciones de los trabajadores, con un salario mínimo más elevado, no tiene por qué reducir el empleo. Los salarios de los trabajadores no han subido todo lo que deberían a lo largo de los últimos años como consecuencia del esfuerzo realizado para superar las crisis del 2008, la pandemia y la guerra. Es preciso realizar un esfuerzo en educación e investigación, para desarrollar otras fortalezas de nuestra fuerza laboral que se basen en el talento, la ciencia, la innovación y la digitalización. Aumentar los salarios mínimos es ya un hecho que ha de ir acompañado con aumentos de la productividad de los trabajadores y los beneficios de las empresas.