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Revilla dice que sería temerario despreciar el pacto con el partido que gobierna en España, lo que en realidad viene a decir es que ... si no fuera por las compensaciones que espera por el voto favorable de José María Mazón a la investidura de Pedro Sánchez el PRC no tendría ningún interés en llegar a un acuerdo de gobierno con el PSOE de Pablo Zuloaga. No, a Revilla no le gusta Zuloaga. Ni su estilo arrogante, ni los desaires y descalificaciones que le ha prodigado hasta que empezó la campaña de las autonómicas y municipales, ni la crisis que en su día extendió desde el PSOE de Cantabria hasta el seno del Ejecutivo regional. La sintonía con La Moncloa es un factor esencial que propicia el pacto, admite el PRC victorioso en el 26-M, aunque el afecto brille por su ausencia entre su líder y el del PSOE cántabro.
Al PRC le sobran alianzas alternativas. Ahí está el PP, necesitado de hospitalidad tras el nuevo revés electoral. Y ahora también Ciudadanos, desde que en la madrugada del lunes el séptimo escaño del PSOE voló para poner el broche a la fiesta regionalista con un decimoquinto diputado que completaría la mayoría parlamentaria de 18 con los tres del partido naranja. Este miércoles se sabrá definitivamente como queda ese escaño en disputa y los dos de Vox que también están bailando.
Los regionalistas entienden que el PP es todavía demasiado poderoso como socio menor, nueve diputados a pesar del declive, y que conserva una implantación municipal muy importante. Ciudadanos tiene un tamaño más manejable en el Parlamento y una presencia escasa en los ayuntamientos. Un traje a la medida del PRC. Y además el partido que lidera Félix Álvarez lo está deseando cuando se presenta como un aliado más estable que el PP y más fiable que las vagas promesas que pueda hacer Sánchez desde La Moncloa. Pero la reedición del pacto PRC/PSOE sigue siendo la opción más probable. Revilla y Sánchez vuelven a hablarse y ya tienen un apaño en Madrid y en Cantabria.
Pablo Zuloaga tiene dicho que, llegado el caso, la militancia será consultada sobre el pacto con el PRC. En la dirección del PSOE tienen muy buenas razones para promover el sí al acuerdo. Si en Santander no alcanza, si Torrelavega se escapa, si una decena de ayuntamientos importantes que gobernaba el PSOE pueden caer sin el apoyo regionalista, el éxito reciente en las generales y el leve crecimiento de este domingo quedarán bastante devaluados. Por no hablar de que si Zuloaga se propone suceder a Revilla como presidente de Cantabria, la espera será más confortable guarecido en el Gobierno. Y si no, a por todas desde la desapacible oposición. Que los afiliados decidan. La verdad es que en el PSOE no saben cómo acertar con Revilla. Este lunes, en el sector crítico del socialismo cántabro no podían evitar la sonrisa taimada: con la sumisión que el nuevo PSOE le achacaba a Eva Díaz Tezanos, Revilla le sacó siete escaños de ventaja en 2015 (12-5), ahora con el indómito Zuloaga son nueve (15-6).
En Santander, Gema Igual y su equipo ya están manos a la obra para intentar armar un acuerdo que permita al PP seguir al frente de la alcaldía más importante, su gran bastión en Cantabria. Van a reunirse con todos los grupos, naturalmente, pero el objetivo es pactar con Vox, que no debería oponer obstáculos insalvables, y con Ciudadanos, que es más difícil porque se deja querer por la coalición PSOE/PRC. Tampoco en este caso sobra el afecto entre los interlocutores. Ciudadanos ya ha anticipado que apoyará un pacto del centro-derecha en Madrid, para gobernar la comunidad y para desalojar a Manuel Carmena del Ayuntamiento. También se ha presentado a las elecciones con UPN y PP en Navarra, pero en otros territorios en los que van a ser decisivos como Castilla y León, Aragón o Murcia no está tan claro. En Cantabria, si llega el caso, y en Santander habrá que esperar a lo que decida Rivera y su cúpula con los dirigentes nacionales y regionales. Ciudadanos puede pactar con el PP si constata que hay voluntad sincera de reformar la gestión y se le confían responsabilidades relevantes, pero no se fían mucho después de la experiencia de la última legislatura cuando el PP se alió con los tránsfugas del partido naranja, que se entregaron sin reservas a la primera de cambio.
El PP santanderino quiere negociar con Ciudadanos y Vox con generosidad y sin líneas rojas. Afirman que la legitimidad de Gema Igual para seguir en la Alcaldía ha quedado reforzada con su victoria electoral, la cuarta más contundente de las que ha conseguido el PP en las capitales españolas, después de Almería, Málaga y Salamanca, y en la que más diferencia ha logrado sobre el segundo partido más votado. En esa coyuntura entiende el equipo de Igual que para Ciudadanos sería difícil justificar una maniobra que propiciase el vuelco político.
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