En la situación extraordinaria vivida durante la pandemia por la sociedad de Cantabria hemos empezado a comprender que las cuestiones importantes como la vacuna para el coronavirus o los tratamientos eficaces para la enfermedad covid-19 solo se alcanzarán mediante el avance de la ciencia ... producto de la inversión en investigación y transferencia de conocimiento, es decir que las necesidades inmediatas de los diferentes sectores sociales a veces no nos dejan ver otras necesidades importantes que la sociedad en su conjunto necesita resolver.
Relacionado con el planteamiento anterior, en la 'nueva normalidad' podemos asumir que para la reconstrucción socioeconómica, en situaciones de crisis los poderes públicos debemos poner en marcha políticas que aumenten las partidas en I+D+i, de forma que ésta sea una de las palancas de crecimiento económico sostenible. Recuperar los niveles de inversión progresivamente en esta materia (1,35% del PIB antes de la anterior crisis) es uno de los objetivos deseables a corto plazo, y llegar al 2% camino del 3% son los objetivos deseables a medio y largo plazo para Cantabria.
Para aprovechar al máximo las capacidades del sistema investigador de Cantabria es imprescindible el establecimiento de unas políticas consensuadas, diseñadas de forma conjunta por quienes las financian y quienes las desarrollan, pero la comunidad de Cantabria no parte de cero.
Cantabria destina una inversión en I+D+i notablemente inferior a la media española que es del 1,24%
Desde el punto de vista de los recursos humanos, según las estadísticas del Icane de 2018 disponemos de más de 422 investigadores EJC (Empleados Jornada Completa) en el Gobierno de Cantabria, del orden de 698 EJC en el sector privado y 756 EJC en el sector de la enseñanza superior, mientras que las Entidades Privadas Sin Fines de Lucro (EPSFL) contribuyen con 50,2 EJC dedicados a la I+D. Estos recursos humanos, además de en algunas empresas y entidades sin fines de lucro, mayoritariamente realizan su actividad en los centros y departamentos de la Universidad de Cantabria y en institutos de investigación como son: el Instituto de Hidráulica, el Instituto de Física, el Instituto de Biomedicina y Biotecnología, el Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla o el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas en los que colaboran la Universidad de Cantabria, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) o el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.
En Cantabria solo hay un 0,76% del personal ocupado dedicado a la I+D+i frente al 1,15% del promedio de España, pero Cantabria cuenta también con algunas grandes infraestructuras de investigación como son el Nodo de Supercomputación y el Gran Tanque de Ingeniería Marítima, así como con algunos centros de investigación del Gobierno de Cantabria como es el caso del Centro de Investigación y Formación Agraria o el Centro de Investigación en Medio Ambiente y otros adscritos al Ministerio de Ciencia e Innovación, como es el caso del Instituto Español de Oceanografía-Santander o los institutos mixtos del CSIC en Cantabria.
Desde el punto de vista de los recursos materiales en relación con las inversiones dedicadas a la I+D+i de acuerdo con los datos del 2018 de Icane las empresas dedicaron en 2018 un total de 46,7 millones de euros; la Administración 19,4 millones de euros; la enseñanza superior 49,2 millones y las entidades privadas sin fines de lucro 2,6 millones. Simplificando los datos anteriores cabe indicar que la actividad privada supuso 49,3 millones de euros y la iniciativa pública 68,6 millones de euros, lo que más o menos nos sitúa en un 40-60% de iniciativa privada y pública, suponiendo un total en 2018 de 117,9 millones de euros; lo que es un 0,85% del PIB. ¿Pero cuál es nuestra situación comparativamente con otras comunidades autónomas o con Europa? En el reciente informe Cotec-2020, Cantabria ocupa el lugar 11 entre las 17 comunidades autónomas de España, con una inversión en I+D+i notablemente inferior a la media española que es de 1,24%; donde destacamos especialmente por la disminución del 25% en las inversiones dedicadas a la I+D+i anteriores a la crisis y continuamos muy alejados del promedio europeo que ha sido 2,08 en 2018. De los datos expuestos podemos concluir que para alcanzar los niveles en I+D+i del promedio de las comunidades autónomas españolas y de los países europeos Cantabria debe hacer un esfuerzo importante que iniciamos con este pacto por la ciencia y por las universidades para avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible de Cantabria que nos aporte mediante el conocimiento valor ambiental, económico y social. Solo un pacto social y político de estas características compartido por toda la ciudadanía, sus representantes políticos y los agentes sociales permitirá una reconstrucción de Cantabria basada en el bienestar y el empleo que aporta el conocimiento.
La participación de todos es importante, por lo que en este mes de julio hemos planificado tres mesas de debate que iniciamos el 1 de julio con la presentación y que recogerán la visión de los investigadores -el día 8 de julio-, la de los agentes sociales -el 15- y la perspectiva de la ciencia en un mundo globalizado y su contribución al progreso -el 20 de julio-, con lo que elaboraremos un primer borrador de lo que puede suponer un pacto por la ciencia y las universidades para el futuro de Cantabria, para someterlo a la consideración de los grupos parlamentarios estableciendo las principales líneas de consenso social y político que necesitamos abordar en el próximo futuro.
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