Secciones
Servicios
Destacamos
Uno.El título de estas líneas toma pie en el de sendas películas, 'El padrino' (primera parte) y 'Doce del patíbulo', emblemáticas cintas en las filmografías de Francis Ford Coppola y Robert Aldrich, que narran las andanzas de dos familias, la de Vito Corleone y ... la del mayor John Reisman-Lee Marvin, este último, personaje principal [¿el trece?] de la segunda. Un leitmotiv que, parafraseando a Leon Tolstoi, permitiría convenir en que ambos modelos familiares se parecen, aunque transiten sendas opuestas: la pertenencia a la famiglia con sus exigentes vínculos de lealtad; la creación [circunstancial] de una familia en coyuntura bélica, que puede reportar la redención de aquellos sobre quienes, literalmente, pende una sentencia [judicial, se aclara] de muerte. La traición a la familia, en el primer caso, conduce fatídicamente a la muerte del desleal; la lealtad al grupo, en el segundo, lleva, si se sortea el inexorable riesgo de perecer en la aventura guerrera, a abandonar el corredor de la muerte.
Dos. Más aún, puestos a apurar las disímiles similitudes [séame permitido el oxímoron], cabría constatar una no disimulada coincidencia, a saber, en la práctica mafiosa de los comportamientos que animan los dos recorridos familiares: en el de la famiglia, la lealtad juramentada como argamasa, como vínculo cuasidivino de la misma pervivencia familiar; en el de la familia [circunstancial] creada para la consecución de específicos y concretos fines u objetivos, como expediente o recurso para la consecución de aquellos, una consecución en la que se aúnan intereses colectivos [patrióticos, en el caso] y personales [el abandono del corredor de la muerte], para el caso, por supuesto, de la misma sobrevivencia individual.
Tres. Moraleja a modo de [paradójico] corolario: ¿Las empresas familiares inspiradas en fines colectivos, aderezadas, eso sí, por motivos singulares o individuales, gozan de una valencia superior a la de las fundadas en motivos y propósitos estrictamente familiares, esto es, puramente singulares o individuales, por razón de la mayor nobleza de aquellos fines colectivos respecto de los de que animan el desenvolvimiento de las empresas singularmente familiares? Que cada quien responda según su familia de adscripción: a fin de cuentas, y por volver de nuevo al eximio escritor ruso, la legitimidad de cada empeño familiar es no ya radicalmente diferente sino enteramente obediente a la percepción que se tenga por los miembros de cada singular familia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.