Secciones
Servicios
Destacamos
La cafetería estaba tan llena que había doble fila en la barra para pedir. Una mujer que estaba sentada en un taburete, cogió el periódico, lo desplegó ante sí, y tras pasear lentamente por varias páginas, al final se detuvo en una; de reojo vi ... que aquella página tenía mi firma. La mujer dio un sorbo a su café, bajó la vista al papel y entonces desapareció. En la plancha chisporroteaba la mantequilla de las tostadas, las naranjas giraban en el exprimidor y los camareros ponían cafés de dos en dos, pero ella estaba tan ausente que su presencia resultaba colosal entre tanta gente que pedía cosas, que hablaba y reía con la tele de fondo.
En medio de tanto ruido, su aislamiento tenía algo paranormal, porque al ver a la mujer ante las palabras que había tecleado el día anterior, entendí que el escritor tiene el poder de esos magos que hacen desaparecer a la gente, pero la responsabilidad de volverlos a traer y hacerlos visibles. Esa magia sucedió una mañana de pie, ante una barra atestada donde ni el bufido del calentador de leche, ni los platillos yendo y viniendo con las vueltas hicieron que moviera la frente de la página. ¿En qué momento dejamos de ser conscientes de lo que nos rodea cuando estamos leyendo? Ahora mismo, con este artículo, ¿están ahí, en ese bar que les describo donde huele a tostada a la plancha, a café molido y a sartén, o están en el espacio físico real donde lo están leyendo?
Esa lectora me demostró la profunda responsabilidad que tenemos al usar la palabra escrita, una herramienta capaz de generar un espacio de libertad para que el lector pueda aislarse y crear su propia concepción del mundo, ya sea en un café o donde usted esté ahora mismo leyendo esto. Y lo sé porque cuando la mujer terminó de leer, levantó la cabeza y reapareció. Quise darle las gracias, pero solo me salió escribirle esta columna.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.