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El 28 de mayo de 2024 pasará a la historia de nuestro país como uno de esos días en los que los españoles pudimos sentirnos enormemente orgullosos del Gobierno que nos representa y vela por nuestros intereses. España ha vuelto a dar un ejemplo al ... mundo al reconocer a Palestina como Estado.
La humanidad no puede seguir mirando para otro lado mientras se masacra a la población inocente en Gaza, se incumple el derecho internacional humanitario y no se da una respuesta proporcionada en el uso de la fuerza al también inhumano ataque de Hamás sobre la población israelí el 7 de octubre, donde se asesinó a 1.200 israelíes y se capturó a 250 rehenes. Son ya más de 36.000 los palestinos asesinados y 81.000 los heridos en ocho meses de respuesta cruel.
Las imágenes del campo de refugiados de Rafah, envuelto en llamas, en el que han sido asesinados medio centenar de palestinos, muchos de ellos niños, no solo debe sobrecogernos, debe hacer reaccionar a la comunidad internacional como ha reaccionado España desde el inicio de este nuevo conflicto entre ambos pueblos.
El liderazgo internacional en la búsqueda de la paz y la defensa de los derechos humanos ha vuelto a unir 30 años después el destino de Noruega y España. Fue en 1991 cuando se celebró una Conferencia de Paz en Madrid con el fin de impulsar un proceso de paz en Oriente Próximo entre Israel y los países árabes, que dio lugar dos años más tarde a los Acuerdos de Oslo en 1993 firmados entre el líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasser Arafat, y el primer ministro de Israel, Isaac Rabin. España y Noruega, Noruega y España, dos países distintos, dos culturas diferentes, dos historias diversas y dos sociedades dispares pero un mismo objetivo compartido, la paz.
A la vez que sucedía esto hemos visto al líder de la extrema derecha española, Santiago Abascal, viajar a Tel Aviv para visitar al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con una orden de arresto por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad emitida por la Corte Penal Internacional, para trasladarle que la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez no representa a España.
Sólo el recuerdo histórico de la Conferencia de Paz de Madrid de 1991 demuestra que miente y desconoce la realidad y la voluntad mayoritaria del pueblo español, que siempre ha defendido la paz en Oriente Próximo. Lo que seguramente no representa a todo el pueblo de Israel es el apoyo al genocidio perpetrado por el Gobierno de Netanyahu.
Pero lo preocupante no es la voluntad totalitaria de la extrema derecha sino el silencio cómplice del Partido Popular y de Alberto Núñez Feijóo, que han roto con la tradición histórica de defender la paz entre palestinos e israelís.
Lo que fue capaz de decir Mariano Rajoy, que es necesaria una solución basada en el reconocimiento de dos estados, como también establece la ONU, lo que aprobó por unanimidad en el Congreso de los Diputados en 2014 a propuesta del PSOE no ha sido capaz de decirlo hoy el líder del PP, más preocupado por desgastar al Gobierno de Pedro Sánchez aunque con ello se perjudique la imagen exterior de nuestro país.
La decisión histórica de reconocer el Estado de Palestina por justicia, por dignidad y por humanidad forma parte del itinerario imprescindible para la búsqueda de una solución política de un conflicto que dura más de 70 años y ante el que no caben más ambigüedades, matices ni justificaciones para no adoptar decisiones que pongan fin al horror. No caben más excusas para no abordar las medidas encaminadas a garantizar la paz en Oriente Próximo desde la base del reconocimiento de dos estados, Israel y Palestina, que se respeten y convivan con seguridad.
La propuesta del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, va también en esa dirección de un alto al fuego urgente que ponga fin a la catástrofe humanitaria, se liberen rehenes y prisioneros y comience la reconstrucción de Gaza para lograr una paz duradera y próspera sobre la base de los dos estados.
El reloj del tiempo lleva demasiado tiempo detenido para el pueblo palestino y para el pueblo israelí. Merecen vivir en paz y seguridad para poder desarrollar sus proyectos de vida con confianza, tranquilidad y esperanza. La decisión adoptada por el Gobierno de España avanza en el único camino para la solución. El Estado de Palestina debe ser, como ha afirmado el presidente Pedro Sánchez, viable; con Cisjordania y Gaza conectadas por un corredor y con Jerusalén Este como su capital. y unificadas bajo el gobierno legítimo de la Autoridad Nacional Palestina.
Hay dos hechos, dos realidades, que no admiten discusión alguna. Palestina ha existido, existe y existirá y España es un país pacifista en el que la amplia mayoría de la ciudadanía se siente representada con orgullo y dignidad en este reconocimiento histórico del Estado de Palestina.
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