Una paradoja
Juan Luis Fernández
Lunes, 5 de diciembre 2022, 07:41
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Juan Luis Fernández
Lunes, 5 de diciembre 2022, 07:41
Si hay más gasto público que nunca en Educación, y pedagogías más novedosas que nunca, y profesorado más preparado que nunca, y más instalaciones docentes y complementarias que nunca, y más becas que nunca, y más (añada usted aquí ingredientes a discreción) que nunca… ¿cómo ... es que el mundo de la enseñanza no nos transmite un estado de beatífico goce, próximo a la experiencia mística? ¿Es la pérfida sociedad la que tira abajo, en horario extraescolar, todo lo que la escuela, como el voluntarioso Sísifo, ha ido acarreando hasta las alturas de la mente estudiantil? ¿Descosemos por la tarde madres y padres lo que han cosido las/los Penélopes docentes por la mañana?
En Cantabria observamos quejas y detectamos también malestares subterráneos. Quejas sobre los deberes en un calendario que se quiso justificar como de mejor ritmo para el aprendizaje juvenil. Aún no sabemos a ciencia cierta, con estudios serios y continuados, si esto ha sido así o si la presión de las autoridades educativas para que no se suspenda al alumnado estaría causando un «éxito» completamente ficticio (nos sorprenderíamos de lo conscientes que son los estudiantes de ESO de esta situación). Lo único claro es que la FP motiva y que es la responsable de que haya caído la tasa de abandono (pero esto ya sucedía hace una década, así que nada nuevo en el aula).
Quejas sobre los cambios del proceso educativo, con el cuerpo profesoral atónito ante las indeterminaciones administrativas en asuntos tan elementales como evaluar el progreso de cada estudiante. Ahora el Gobierno central, ante la irritación creciente de importantes sectores, aplaza el nuevo modelo de selectividad, por miedo al castigo electoral el año próximo. Todo ello transmite la sensación de epidemia de «reformitis» aguda y unos lenguajes aparentemente elaborados que solo sirven para vestir ideas cuya traslación práctica es más que confusa.
Quizá no son (solo) las familias, sino (sobre todo) las administraciones, las que están logrando este resultado tan sorprendente: récord de recursos sin récord de satisfacción de usuario. En el centro del proceso educativo debería estar el alumnado, pero ¿no estará el reglamento?
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