El paraguas de Leonardo Torres Quevedo
¿No hubiese sido mejor esculpirle con cualquiera de sus geniales inventos?
JUAN CARLOS CORNIERO
Lunes, 7 de junio 2021, 07:23
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JUAN CARLOS CORNIERO
Lunes, 7 de junio 2021, 07:23
Que digo yo que en qué estaría pensando el escultor Andrés Lasanta cuando le encasquetó un paraguas, en la plaza de la Ciencia de la ... Universidad de Cantabria, a Leonardo Torres Quevedo, y llego a la conclusión de que debido a la inestabilidad del tiempo en Santander, y a la ubicación de la estatua en plena plaza a la intemperie, pues qué mejor que nuestro paraguas de siempre, por si acaso; aunque, la verdad es que la escultura estaba pensado ubicarla en los Jardines de Piquío, que tampoco es mala idea.
No me imagino yo a su antecesor, Leonardo da Vinci, paraguas en mano, por lo que me llama la atención que el escultor sí se le ponga a nuestro 'segundo Leonardo', como si del hombre del tiempo se tratase, ese que siempre que predice lluvia en el norte y aguaceros en Cantabria, le pasa como a los 'dodotis', que 'ni gota, ni gota'.
También es cierto que Leonardo Torres Quevedo, al haber nacido en Santa Cruz de Iguña (Molledo), lo de llevar un paraguas no le es ajeno, pero también, tal y como somos los cántabros de 'miraos' a la hora de salir de casa con paraguas o sin él, también es una triste faena que los días de sol del año, los profesores y los estudiantes de la universidad se encuentren a un gafe en plena plaza, paraguas en mano, por mucho que se trate del genial Leonardo.
¿No hubiese sido mejor que un paraguas, esculpirle con cualquiera de sus geniales inventos? No sé, uno a elegir de los muchos con los que a lo Julio Verne se adelantó al futuro, como el transbordador, las máquinas analógicas, el 'Telekino', o el ajedrecista, por los que goza del reconocimiento universal; aunque en Cantabria, si no fuese gracias al tesón y al empeño de Francisco González de Posada, muchos estudiantes no sabrían de sus inventos ni lo más mínimo, y muchos más de los que nos pensamos afirmarían, al ver su estatua, que el paraguas sería una de sus más importantes genialidades, sin saber que los paraguas, como parasoles, ya se usaban en el antiguo Egipto.
Yo creo que si Andrés Lasanta le hubiese esculpido con una máquina analógica, pues como que los estudiantes le considerarían más 'colegui' a nuestro genio cántabro Leonardo que, si pudiese hablar seguro que les hablaría de los autómatas con capacidad de discernimiento, de su proyector didáctico, de su puntero proyectable o de sus perfeccionadas máquinas de escribir, y seguro que a más de uno le preguntaría si el paraguas es automático o a prueba de viento.
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