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Durante siglos ha estado escondida y en unos días es más conocida que el Papa. Ómicron es la decimoquinta letra del alfabeto griego, significa literalmente «o pequeña», y es el nombre de la nueva variante del coronavirus aparecida en Sudáfrica, ya dispersada por el mundo, ... España incluida, y que ha causado pánico en esta pandemia interminable.
Vamos a comenzar diciendo que ignoramos muchas cosas de esta nueva variante. Es decir que puede ser algo que no cambie nada la situación actual o, por el contrario, que obligue a modificar las vacunas. Sólo sabemos que esta nueva variante tiene unas 32 mutaciones en su proteína de pico que es la diana donde atacan los anticuerpos que hemos fabricado con las vacunas o con la enfermedad. Tenemos quince días para que los científicos nos den las respuestas. Y estas deberían ser las preguntas:
¿Es más contagiosa que la Delta actual? Con seguridad es más transmisible. Lo que sabemos es que en Sudáfrica hubo un pico de transmisiones, sospecharon que había otro virus y lo detectaron con los test actuales de PCR. Pero es necesaria una más completa información epidemiológica.
¿Es más dañina? De momento tenemos dos informaciones. La doctora Angelica Coetze, en Pretoria, una región con alto porcentaje de vacunación, fue la primera que reportó casos de infección por Ómicron, pero con síntomas leves como dolor de cabeza y cansancio, sobre todo en varones menores de 40 años. Considera que los pacientes vacunados están protegidos de una enfermedad severa. Y el doctor Rudo Mathivha, en Soweto, una población con bajos niveles de vacunación (cercana al 20%) describe a jóvenes con enfermedad moderada severa y algunos graves en las UCI. Así que parece que en personas completamente vacunadas la enfermedad puede que no sea grave. Lógicamente precisamos más información epidemiológica pues estos datos no parecen estar en consonancia con la alarma mundial que ha originado esta variante Ómicron.
¿Nos protegerán los anticuerpos que hemos formado con las actuales vacunas? Para saberlo es necesario poner en contacto el virus con suero de pacientes vacunados y ver si los anticuerpos le neutralizan. Las vacunas generan lo que se llama una respuesta policlonal, con muchos anticuerpos que reconocen diferentes partes de la proteína de pico, así que aunque algunos no funcionaran, otros anticuerpos aún pueden reconocer el virus. Y además hay una respuesta celular defensiva a la que afectan menos las mutaciones. Es posible que puedan ser algo más resistentes, pero lo más probable es que las vacunas sigan protegiéndonos de la enfermedad. Sabemos que los vacunados, especialmente en aquellos con tercera dosis (hay una pérdida de inmunidad de la vacuna después de 4-6 meses), tienen muchas más posibilidades de estar protegidos ante nuevas variantes. Los estudios han sugerido que las dosis de refuerzo pueden, al menos durante un tiempo, provocar niveles tan altos de anticuerpos que consiguen resistir ampliamente un virus mutado, incluso si los anticuerpos no se dirigen también a las proteínas virales específicas. A veces, la cantidad puede compensar la falta de coincidencia.
¿Y si se demuestra que los anticuerpos que tenemos no neutralizan el virus? En ese improbable caso hay que volver a modificar la vacuna. Con las plataformas actuales (ya están trabajando en ello) se consigue una vacuna adaptada a esta variante en unos dos meses.
¿En ese caso sería mejor esperar antes de poner una tercera dosis a que saquen la nueva vacuna? No. Esa tercera dosis le llevará a un titulo de anticuerpos muy superior a los que alcanzó con la segunda y aumentará sus posibilidades de protección.
¿Qué tenemos que hacer? Los países desarrollados debemos organizar un programa de vacunación global y equitativo. Los investigadores, estudiar la situación desde el punto de vista epidemiológico y biológico. Los técnicos en salud, impulsar el grado de protección frente a Ómicron con vacunación masiva y 'poner dificultades' a los que no se quieran vacunar. Nuestro Gobierno, aprobar con urgencia la tercera dosis para todos aquellos mayores de 18 años que recibieron la segunda hace más de 6 meses y acelerar cuanto antes la vacunación de los niños. Y nosotros, continuar con la protección rigurosa (mascarillas en interiores y en exteriores con grupos, ventilación) y vacunación de la tercera dosis cuanto antes sea posible.
¿Y en Navidades? Si tenemos familia, con los mayores de 12 años vacunados (con tercera dosis aquellos que han pasado más de seis meses de la segunda dosis) no es necesario llevar mascarilla y podemos disfrutar como siempre hicimos. Es recomendable un test de antígenos con menos de 24 horas de la reunión, que si es negativo, aunque no es totalmente excluyente, informa de una nula o muy baja carga viral. Si no conocemos la situación de vacunación entonces mascarillas, ventilación y distancia. Pues eso, a ver cómo nos sale la criatura.
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